Vivimos permanentemente estresados. Estamos a punto de claudicar en esta vida porque nos llevan de sobresalto en sobresalto y nuestros corazones ya no aguantan más. Lo que ayer nos alarmó, hoy casi nos tranquiliza. Bárcenas, Matas, Cascos, Correa, Camps, Blesa, Iñaki y Fabra son una antigualla porque Rato, Trillo y Pujalte han ocupado sus lugares y son los que ahora nos mantienen en esta angustia que está acabando con nuestra existencia.
Y eso que en esto de cada media hora un escándalo, deberíamos de tener experiencia porque es lo que vivimos en el declive de los socialistas, y creímos que era imposible de superar, con los filesas, roldanes, fondos reservados, rubios, guerras, gales y toda una camarilla organizada que convertía el hampa en unos aprendices. Y sabemos cómo acaba la agonía, con unos en galeras y los otros pidiendo compasión. Los tiempos se repiten inexorablemente. Parece como si los dioses griegos, tan amigos de Dolores de Cospedal, se hubiesen conjurado para desenmascarar a todos los saqueadores y tramposos al mismo tiempo. Y así estamos, de sobresalto en sobresalto; incrédulos por los tejemanejes de Rato, el mismo que nos hizo ricos, y soportando las lecciones de ética y moral de Trillo y Pujalte, tan piadosos ellos.
Estamos al límite de lo que son capaces de soportar nuestros corazones y en cualquier momento van a saltar hechos añicos. De sorpresa y disgusto porque nunca nos imaginamos que este era el proceder de personas tan honestas y admiradas. A este paso acaban con nosotros. Claro que antes van a acabar con Rajoy, que ya no les falta mucho. Y lo mismo es de lo que se trata.