Ganó el periodismo

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

09 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Que si la prosa soft existencial de Murakami. Que si el torrente de palabras de Joyce Carol Oates. Nada. El Premio Nobel de Literatura lo ganó el periodismo. Y, ojo, no fue una sorpresa. El comité que lo elige tiene que hacérselo mirar, porque ya van varios años que el favorito en las apuestas es el ganador. Hay un filtrador, algo que nunca les había ocurrido. Ganó el periodismo, porque ganó la bielorrusa Svetlana Alexiévich, una géminis de 67 años que ha dedicado todo su obra a trabajar sobre el terreno. Documentales, teatro, libros, Svetlana es sobre todo periodista. Hay que remontarse al año 82 y a Gabriel García Márquez para encontrar un compañero de profesión. Pero es que, además, Gabo ganó por su faceta artística, no por su pasado en las redacciones. Y lo más significativo de este fallo del jurado es que rompe por primera vez a lo bestia con la literatura. Podemos decir que con el arte. Ni poetas. Ni novelistas. Ni autores teatrales. Nada de creación, ni de la no comprometida ni de la comprometida con la realidad. No. Periodismo puro y duro. Del de toda la vida. Y así, a falta de Nobel de Comunicación, algo increíble en el siglo XXI, la Academia Sueca le dedica la edición del Nobel de Literatura de este año a la prensa, a una de los nuestros. Svetlana lo que hace es teclear los testimonios que ha recopilado sobre las mujeres soviéticas que estuvieron en el campo de batalla en la Segunda Guerra Mundial. Ceder la palabra a los que sufrieron. Siempre intentando retratar con sus palabras su experiencia y, por encima del todo, a lo que ella llama el Homo sovieticus. Los veteranos de la guerra de Afganistán, el desastre de Chernóbil... Y, como hace el mejor periodismo, dejando que hablen ellos, que no fueron héroes en las guerras y catástrofes, sino mártires.