FIFA: cruel e ilegal

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

23 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No diríamos que los dirigentes de la FIFA juegan a ser Dios. Pero casi. Da la impresión de que quieren estar en el tablero en una posición de impunidad y de poder absoluto para manejar a su antojo el ordenamiento jurídico del mundo entero. La FIFA es el planeta y los clubes y países sus satélites; esa es en la lógica de quienes hacen las normas de federación internacional.

En medio de la escandalera de corrupción que salpica a los más altos dirigentes de la organización, entre ellos su presidente, Joseph Blatter, y al español Ángel María Villar, asoman irritantes episodios como el atropello que suponen las trabas puestas a los niños adoptados en el extranjero que quieren jugar al fútbol. Podría pensarse que las exigencias a padres y chavales para que certifiquen que no han sido traídos al país para traficar con ellos en el untuoso mundo del fútbol profesional obedece a la ignorancia de quienes hacen la norma. Pero más bien parece que responde a la prepotencia con la que actúan unos dirigentes que se creen por encima (o al margen) de las leyes. Han pasado por alto una flagrante vulneración de derechos: los niños adoptados en el extranjero son españoles a todos los efectos. Son españoles de origen.

Se pregunta el padre de uno de los críos afectados por la absurda reglamentación si se trata de un episodio de racismo. De lo que no hay duda es de que constituye, además de una ilegalidad, una crueldad con los niños a los que alguien tiene que explicar en el vestuario que esa tarde no pueden saltar al campo con su equipo porque han nacido en Colombia o en Etiopía. Vamos, que según la FIFA, son españoles pero de otra categoría. Su Comité de Ética está muy ocupado en las cuitas de los sobornos.