Si pueden, eviten elecciones

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo Motos preguntó la otra noche al público de su programa cuántas personas estarían dispuestas a cambiar su voto del 20 de diciembre si hubiera que repetir elecciones. Y, según me cuentan, de unos trescientos asistentes, solo cinco levantaron la mano: menos de un 1,5 %. No tiene ningún valor demoscópico, solo es un juego, pero es una disposición popular de ánimo. Ayer se hizo pública la encuesta del CIS, y da unos resultados muy parecidos: el voto de diciembre se mantiene muy estable; el PP sube una décima; Podemos adelanta al PSOE y el otro partido que sube es Esquerra Republicana. Los sociólogos le restan importancia por lo volátil de la situación política. Un trabajo de campo efectuado en la primera decena de enero tiene que haberse quedado viejo un mes después por la sensación social de desbarajuste político. Aún así, se confirma lo tantas veces mencionado: unas elecciones repetidas dan un resultado repetido. Si la gente votó en conciencia en diciembre, no tiene por qué cambiar su voto tres meses después.

Creo que se hace urgente enviar este recado a los partidos que montan su estrategia en volver a las urnas. En concreto, al PP, que piensa que los ciudadanos se arrepentirán de haberle retirado la mayoría absoluta por un cabreo pasajero y se la devolverán con creces a la primera oportunidad; Podemos, que sigue soñando que con un par de debates y otra semana de campaña no solo aventaja al PSOE, sino que se convierte en alternativa de Gobierno; y Pedro Sánchez, que hace un mitin diario y se pone aureola de presidente para ganar dos elecciones: las primarias de su partido, y las de jefe del Gobierno español. Por tanto, las elecciones pueden ser inevitables, pero no resuelven nada del lío actual. Únicamente lo prolongan. Y echen ustedes cuentas: dos meses para celebrar elecciones a partir del nada improbable fracaso de Pedro Sánchez; otros dos meses y pico si se le ocurre a Rajoy dejar de declinar, porque él asegura que no se retira de nada? y después, las urnas. En el caso más favorable y sencillo, en menos de tres meses no puede haber elecciones. Y fíjense lo que viene después: por lo menos, los 45 días que se consumen habitualmente en los trámites de relevo. Y quizá la misma situación que ahora, sin un partido indiscutible y con una sociedad que solo aumenta el voto de los extremos.

Señores de los partidos Socialista y Popular: déjense de personalismos y «guerra fría», como dice Albert Rivera. Encuentren una forma de entendimiento, más necesaria que nunca ahora que el independentismo catalán pisa el acelerador aprovechando la debilidad de Madrid. No condenen a este país a la peor inestabilidad, que es no saber cuándo habrá algo de estabilidad.