Para qué querrán la Moncloa

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

11 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando sea mayor, pediré a los profesores Blanco Valdés y Barreiro Rivas que me dirijan una tesis doctoral sobre los políticos nacionales, sus ambiciones o su necesidad patriótica de sacrificarse por usted y por mí. Es que me intrigan varias preguntas: ¿Por qué querrán gobernar en las condiciones actuales? ¿Por qué consumen tantas energías en lograr alianzas que les permitan ocupar la Moncloa? ¿Por qué querrá seguir el señor Rajoy, si se pudo haber marchado con la gloria de haber sacado a España de la bancarrota? ¿Por qué querrá Pedro Sánchez ser presidente, con lo bien que vive de jefe de la oposición? ¿Por qué querrá Pablo Iglesias la vicepresidencia, si es puesto esclavo y segundón?

Es que miren ustedes algo de lo que supone ponerse a gobernar España. Tenemos muy gastada la hucha de las pensiones, de tanto tirar de ella. Desde Zapatero, nadie se preocupó de meterle savia en forma de dinero. No se hizo más que tirar de la ubre por aquello de que «para eso está», y cada vez que hay que pagar una extra a los pensionistas se le pega un mordisco. Hace falta mucho valor para arriesgarse a ser el presidente bajo cuyo mandato empezaron a peligrar las pensiones.

Tenemos a Bruselas vigilando el déficit y el endeudamiento. El último recado de la Comisión Europea ha sido el mandato de ahorrar 8.600 millones de euros/año. Y eso solo significa recortes, después de que los ministros de Rajoy dijeran que se habían terminado. Si sigue gobernando el PP, tendrá que pasar la vergüenza de desdecirse; si viene la izquierda, a ver cómo compaginan sus medidas de emergencia social con las exigencias de Bruselas. Esperar la benevolencia del aplazamiento, como quieren Sánchez e Iglesias, es un ejercicio de beatífica bondad.

En la política pura, el nuevo Gobierno tendrá que emplearse a fondo en conseguir consenso para reformar la Constitución y tendrá que enfrentarse a los intentos de desconexión de Cataluña, que no renuncia a ser república independiente y a cuyo objetivo se dedica con mística religiosa y pasión soberana. Y los nacionalistas vascos ya empezaron a pedir un nuevo estatus. Y la defensa del derecho a decidir es la que más ha progresado entre todas las ideas que hay en el país.

Para alentar todavía más las vocaciones de gobernantes, hay quien sostiene que los vaivenes de las bolsas anuncian una parálisis económica global. Y, por si faltara algo, hay que combatir el terrorismo que sueña con reconquistar Al Andalus. ¿Para qué querrán gobernar, si encima no pueden contar con un equipo homogéneo y estarán expuestos a caer cualquier día por una moción de censura? Y, sobre todo, ¿por qué tanto esfuerzo en impedir que gobierne otro?