Las letras o la gran Hacienda de Galicia

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

02 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde 1882, fecha de su fundación, han pasado por las páginas de La Voz de Galicia las prosas más señeras que ha dado nuestro país. Somos tierra de talento y el periódico, espejo veraz, les ha dado reflejo y aliento. Pienso en ello esta mañana, mientras el horizonte azulado me lleva a Buenos Aires, donde están los nuestros. Es Santiago de Compostela la ciudad invitada en la Feria del Libro de la capital argentina. Y por allí andan mis colegas, inducidos y reunidos por la Xunta de Galicia, presumiendo de país y extendiendo nuestras alas para volar lejos. Lo merece Galicia. Ningún territorio de su tamaño ha donado tanto talento al mundo. Tampoco ninguno, con tanta riqueza en sus entrañas, ha consentido como nosotros que su patrimonio se desvanezca entre la indolencia y la desidia. Estamos a tiempo de rectificar porque este, el taller de la imaginación, es nuestro mejor aval y también el más olvidado. Hace tres días han nombrado a Luis Gonzalez Tosar académico en Buenos Aires, un honor y cabal distinción, pues además de eximio poeta Luis ha sido pródigo emisario entre una orilla y la otra. Galaxia ha inaugurado una colección de sus libros en castellano, se llama Mar Maior, y es un desafío. Charlas, conferencias, encuentros, la Galicia inteligente presentándose en sociedad con los mejores de los suyos. Lo repito. Y no cejaré en el empeño: es la cultura, y las letras principalmente, nuestro gran capital. El capital de Galicia. Pregúntense qué país con apenas tres millones de habitantes ha dado tanto buen escritor. Ninguno. Pero no hemos tenido la suerte de Irlanda (pequeña pero exquisita), que cabalgando a lomos del poderoso inglés ha convertido a sus escritores en imagen de culto en todo el mundo. ¿Por qué nosotros no hemos sido capaces? Porque fundamentamos en el autoodio y en los enfrentamientos cainitas y en el desapego y en la indiferencia nuestra historia. La gente culta conoce la verdadera riqueza de este país. Quizá por ello algunos buscan en sus adentros para encontrarse. Escritores argentinos de talla mundial, como Claudia Piñeiro o César Aira, ahondan en sus raíces gallegas con orgullo. Aquí hasta marginamos al gallego Cela, premio Nobel, por ser politicamente incorrecto. Y a Cunqueiro, hace años, le negábamos afecto. Y al genial Torrente ni lo conocen en los institutos. ¿Cómo hemos llegado a este punto? Lo ignoro. Pero que exista un escritor talentoso como Manuel Rivas debía hacernos sentir esperanza. Internacionalmente reconocido y justamente laureado. El premio Nadal y Nacional Alfredo Conde. La sofisticación de Yolanda Castaño, la juventud de Pedro Feijoo, el mundo secreto de Ramón Loureiro, Domingo Villar, Murado, Marina Mayoral, nuestra literatura infantil, editoriales. Las letras son nuestra gran hacienda. De las plumas de antaño de La Voz o Tosar, por donde empecé esta columna, a Rivas, con quien remato. Galicia es y será. Por ellos.