También la lógica traicionó a Pedro Sánchez

Xosé Luis Barreiro Rivas
Xosé Luis Barreiro Rivas A TORRE VIXÍA

OPINIÓN

30 may 2016 . Actualizado a las 08:38 h.

El pasado viernes, ante ese Círculo de Empresarios que se reúne en Sitges, el candidato socialista recurrió a la retórica del «puedo prometer y prometo» para asegurarles que el 26J no acabará en fracaso. Sánchez sabe que el dinero catalán huye del PSOE, y que solo le pone una vela al liberalismo del PP y otra al independentismo radical, y por eso enfatizó su profecía con estas palabras: «Les puedo asegurar que no habrá terceras elecciones. Habrá un Gobierno después del 26 de junio». Consciente de que los empresarios no se fían de él, Pedro Sánchez trató de reforzar su mensaje con la autoridad de sus rivales. Y por eso se permitió hablar por Rivera -«no parece que tenga muchas ganas de apoyar a Rajoy como presidente»-, por Iglesias -«usó el referéndum como un señuelo para decir que querían pactar conmigo y luego negarse a ello»-, por el PP, -«Rajoy está metiendo a la derecha española en un callejón sin salida»-, y por el destino, que es la providencia de los laicos -«si gano las elecciones habrá Gobierno en una semana»-. Es decir, que habló por todos menos por la puñetera realidad que le espera agazapada tras las urnas.

Lo malo es que entre el público había varios ex seminaristas que echaron mano de la lógica de Pedro Hispano -profesor de la Sorbona en el siglo XIII- y sacaron ipso facto las consecuencias: «Si ahora puedes prometer y prometes que habrá Gobierno solo es porque fuiste el único obstáculo para que antes no lo hubiese antes». «Y si vas a introducir un cambio en la historia, sin tener votos para deshacer el dilema, es porque vas a dejar que gobierne el más votado, que es la eufonía que se usa para nombrar a Rajoy». Pillado, pues, en las patatas, y buscando una salida a la desesperada, el pobre Sánchez introdujo un nuevo argumento que contradice la retórica con la que trataba de arrinconar a Podemos: «El debate catalán -dijo- impidió formar nuevo gobierno». Y con estas sencillas palabras asumió que las líneas rojas del Comité Federal del PSOE fueron el único obstáculo que le impidió entregar la anterior legislatura a todos los populistas y secesionistas que operan en España al amparo de la Constitución.

En resumen, que el Círculo de Empresarios quedó plenamente convencido de que la mejor explicación al fracaso de la abortada 11ª Legislatura la dio Buridan -otro viejo escolástico-, quien, para contraponer la voluntad del alma a los puros instintos de los irracionales, formuló esta parábola: si ponemos un asno en medio de dos montones de alfalfa, que sean exactamente iguales, y estén a la misma exacta distancia, se morirá de hambre.

Porque el atractivo del instinto quedaría neutralizado, y su falta de voluntad le impediría optar. Lo que no dijo Buridan es que los montones de alfalfa podrían llamarse pacto de izquierdas y gran coalición. Porque nadie es perfecto.