¿De qué presume Rajoy?

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

17 jun 2016 . Actualizado a las 08:05 h.

La evolución del empleo está siendo el argumento estrella en el discurso electoral del PP. Sin embargo, las cifras reales demuestran que el resultado de los cuatro años de Gobierno de Rajoy es muy negativo en esta materia, no solo por la calidad, sino por la cantidad. Para hacer el balance hay que utilizar los datos del INE y de otras fuentes oficiales, tomarlos en media anual y comparar los ejercicios del 2015 y el 2011.

Primer dato: en el cuatrienio de Rajoy, la población asalariada se redujo en 620.000 personas. O sea, que no se creó empleo, sino que se destruyó: hay menos y de peor calidad. El Gobierno apostó por abaratar los costes laborales para intentar crear empleo; consiguió lo primero, pero lo segundo no. Entre el 2011 y el 2015 se redujo en 921.000 el número de personas con trabajo a jornada completa; en cambio, hay 301.000 más empleadas a tiempo parcial.

Esta es una de las peores herencias de la política laboral del Gobierno: el total de horas trabajadas por los asalariados se ha reducido el 5,1 % -son cifras de la Contabilidad Nacional-, casi el doble de la caída del empleo. Por lo tanto, hay menos trabajo que se reparte entre más gente, porque una persona computa como ocupada con independencia del número de horas que trabaje. Pero la precariedad no solo afecta a la jornada, también a la contratación: en cuatro años, el conjunto de asalariados con contrato indefinido se redujo en 466.000 personas, frente a una caída de 155.000 temporales.

La mengua de empleo asalariado y su peor calidad se traslada a una bajada de los salarios. Con los datos de la Agencia Tributaria, sabemos que casi ocho millones de personas de los diecisiete que en el 2014 trabajaron como asalariadas ganaron menos de 11.000 euros brutos anuales; de ellas, seis millones percibieron ingresos por debajo del salario mínimo interprofesional, es decir, menos de 645 euros al mes. Son, junto a los que trabajan a tiempo parcial, los trabajadores más precarios, que rotan en empleos de semanas o meses.

Esta devaluación salarial se refleja con absoluta precisión en la Contabilidad Nacional que elabora el INE: la retribución de los asalariados -la masa salarial, por tanto- ha disminuido en 40.157 millones de euros en los años del Gobierno de Rajoy.

Tres porcentajes sintetizan lo ocurrido desde el 2011 al 2015: la población asalariada se redujo el 3 %, el total de horas trabajadas baja el 5 % y la masa salarial el 8 %. Esto es, trabajan menos personas, menos horas y con salarios más bajos.

Lo único que aumentó en estos años fueron la desigualdad y la pobreza laboral. La desigualdad porque, si en el 2011 la retribución del 10 % que más cobraba multiplicaba por nueve veces la del 10 % que menos cobraba, en el 2014 esa diferencia, que ya era enorme, se dispara a ¡once veces! Y la pobreza laboral porque, si en el 2011 el 14 % de las personas con trabajo estaban en riesgo de pobreza o exclusión social, en el 2015 ya son el 18 %: son 630.000 personas más.

¿De esto presume Rajoy?