Otegi: publicidad de campaña gratis y a toda vela

OPINIÓN

31 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Arnaldo Otegi y sus conmilitones de EH Bildu hacen bien en recurrir a cuantas instancias les permite la ley por si esta se desdice y le autoriza presentarse a lendakari en las elecciones vascas del 25 de septiembre. La sentencia dictada en su día por la Audiencia Nacional en el llamado caso Bateragune y la resolución de la Junta Electoral de Guipúzcoa ratificada ayer lunes y basada en ella es clara: Otegi «se encuentra condenado a la pena de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo desde el 4 de septiembre del 2014 hasta el 28 de febrero del 2021», conforme a la liquidación de su condena.

Los abogados de Bildu lo tienen igualmente nítido, pero los responsables de la propaganda y el márketing saben que la campaña está hecha y además gratis, y por eso han dicho a los jurídicos que adelante, a toda vela y por cualquier vericueto, porque la trompetería mediática y los demás partidos políticos hablarán de ellos por tierra, mar y aire. Y claro que están hablando: a borbotones en prensa, radio, televisión y cualquier digital que se mueve en Internet, aunque algunos lo hagan muy a su pesar y conscientes de la publicidad que les hacen. Iñigo Urkullu (lendakari), Joseba Eguibar (PNV), Idoia Mendia (PSE-EE), Alfonso Alonso (PP), Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Podemos), Alberto Garzón (IU), Covite (víctimas del terrorismo), el propio Otegi, sus correligionarios Oskar Matute y Miren Larrion, y hasta Die Linke (el Podemos alemán) dan sus opiniones y exponen sus argumentos a favor, en contra o de perfil, que se repiten incesantemente en sucesivas ediciones audiovisuales y de la red.

El tribunal contencioso-administrativo de San Sebastián, el Constitucional y hasta el de Derechos Humanos de Estrasburgo se ocuparán de la batalla judicial en torno a la extinción del derecho de sufragio pasivo «durante el tiempo que dure la condena», que es lo que sostiene el Código Penal, pero hasta que la última instancia dicte un fallo final que deberá acatarse sin ambigüedad para que prevalezca el principio de legalidad, la puesta en escena actual exhibe el sello inconfundible del déjà vu estampado por EH Bildu en ocasiones similares.

La izquierda aberzale recupera de nuevo el victimismo frente al Estado que tantos réditos le dio tiempo atrás, y lo hace en un momento en el que la indefinición ideológica de la marca empieza a pasarle factura y le obliga a reformular su estrategia. Sin embargo, ese banderín de enganche le devuelve protagonismo pero, paradójicamente, le sitúa con más fuerza en el pasado del que quiere alejarse que en el futuro en el que busca posicionarse.

Por mucho que venteen su nueva lucha contra el gigante, será difícil que con ese discurso recuperen a los suyos que se han ido a Podemos, o a las nuevas generaciones de votantes a quienes los tiempos de plomo les motivan muy poco para ir a las urnas.