La encrucijada política en seis impresiones

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

05 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Primera: En el PSOE descabezan el partido y el recién dimitido avisa que vuelve. En el PP advierten la debilidad electoral del rival y elevan el tono y las exigencias. Sin embargo, no tenemos nada que temer, porque unos y otros son las momias haciéndose serrín al final de la película. Asistimos al final del posfranquismo, la cultura política que interpretó el mandato popular como la licencia para el caudillaje.

Segunda: el PSOE no puede ir a elecciones. La única certidumbre que tenían la han destruido, porque solo Pedro Sánchez aseguraba cinco millones de votos. Lo que significa que si votamos de nuevo se produciría el sorpasso de Unidos Podemos y las confluencias al PSOE y esto apuntala la idea de que no pueden ir a elecciones, lo que también saldan con grandes costes electorales.

Tercera: en el PP no se han enterado de que esto ya ha cambiado y están jugando con fuego. Los Presupuestos no son del PP, son del Parlamento. Cualquier Ejecutivo es rehén del Congreso, lo que se visualiza mediante la expresión «ponte Mariano, que verás que risa». Ya no mandará nadie como antes; luego el PP perderá apoyos en las urnas si el elector percibe que, pudiendo ser investido presidente Mariano Rajoy mediante la abstención del PSOE como único compromiso, el partido elige volver a votar. Porque la situación empieza a ser irritante.

Cuarta: aunque parezca increíble, en Unidos Podemos no saben rentabilizar la fractura del PSOE. Lo que nos da el dato de que son más vieja izquierda y menos movimiento ciudadano de lo que parece, porque se comportan como IU haciendo bueno al rival. Decir que es un golpe de la oligarquía del partido a la dirección y a la militancia es un pensamiento vetusto que lava la cara a Pedro Sánchez con la pretensión errónea de atraer a sus votantes. Los problemas de UP comienzan, precisamente, cuando se lo reparten todo con el PSOE en los ayuntamientos y las comunidades autónomas, y se sintetizan en el concepto gamonal. Los gamonales no ven en Pedro Sánchez más que a un jefe de ese partido al que acaban de poner en la calle, ni líder ni héroe ni historias. Porque no es abajo ni en la izquierda, es enfrente; pero también del PSOE, como Syriza o el M5E.

Quinta: lo que viene en los próximos meses es desmovilización electoral, como en el ciclo 2010-2014. Y lo que aparecerá después, hacia el 2018, son oportunidades para formaciones nuevas. Porque estos de Podemos tampoco se están enterando de nada. Reemplazaron a la IU/ICV de Cayo Lara y el líder de diseño barcelonés, Joan Herrera, y como si la cosa no fuera con ellos.

Sexta: cuando en Ciudadanos se percaten de que no va a arrastrar a las masas hacia ningún lugar, quizá sea demasiado tarde. El centro es la ausencia de cultura política, se explica en el líder y es un lugar cercano a los socialistas donde se está para todo. Luego aquel que es de derechas, no les vota. Queremos decir con esto que Ciudadanos no acierta a postularse para representar el lado derecho del sistema frente a la derecha reaccionaria que simboliza el PP.