Yihadistas en Galicia

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién podría jamás sospechar que en dos pequeñas localidades del extremo más occidental de la Península Ibérica se escondían dos presuntos colaboradores de las redes de terrorismo yihadista? ¿Quién podría jamás imaginarse que en Arteixo y Vimianzo dos residentes argelinos eran miembros de una organización de tráfico de inmigrantes ilegales? ¿Quién podría jamás esperar que una línea de investigación desde Austria podría acabar en Galicia? Pero eso es lo que sucede en una era en la que la conexión vía Internet permite trabajar en cualquier parte del mundo a las redes criminales globales. Cuando el objetivo es cometer crímenes, hacer el mayor daño posible y ocasionar un brutal impacto mediático, da igual, o al menos no importa tanto, la ubicación de los organizadores y perpetradores. Lo importante es que puedan trabajar sin trabas y sin levantar sospechas, o casi.

Pero si el terrorismo yihadista ha logrado conmocionar a todo Occidente tras cometer atentados espectaculares como los de Nueva York, Madrid, Londres o París, también ha enseñado mucho a quienes les persiguen con ahínco, paciencia y discreción. Porque su objetivo es astuto, paciente y muy hábil y es preciso seguir y vigilarlo con determinación. Así es la tarea de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Solo nos damos cuenta de que existen cuando, como este lunes, llevan a cabo detenciones en los lugares más inesperados, pero todos los días están ahí.