Partidos a domicilio

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

10 dic 2016 . Actualizado a las 09:17 h.

La locución à domicile, empleada frecuentemente por los cronistas deportivos franceses, puede llevar al huerto a muchos españoles, acostumbrados al a domicilio que se usa por estos pagos. El diario francés L’Equipe informaba hace unos días sobre un partido de fútbol disputado la víspera: «Pour la quatrième fois consécutive, Manchester United fait match nul à domicile». Los lectores a los que aludíamos -los llevados al huerto- habrán traducido «Por cuarta vez consecutiva, el Manchester United empata a domicilio». Lo que seguramente los habrá desconcertado, pues el partido se disputó en Old Trafford, el campo (Bobby Charlton lo llamaba teatro de los sueños) del propio Manchester United.

En español se emplea a domicilio desde la primera mitad del siglo XIX: «Sociedad para prevenir la mendicidad por medio de socorros inmediatos y continuos a domicilio» (José Mármol, Amalia, 1851-1855). La Academia acogió esta locución adverbial en su diccionario a partir de la edición de 1925. María Moliner la define así: «En la casa de la persona que recibe la mercancía o el servicio». Cuando se trata de suministros o de servicios personales se emplea también como locución adjetiva. Así, hay entregas a domicilio, peluqueros a domicilio y variados servicios a domicilio. La Academia Francesa registró à domicile en su diccionario en 1832.

Aunque la locución francesa equivale a veces al a domicilio español (livraison à domicile es entrega a domicilio), otras debe traducirse como en el hogar (accouchements à domicile son partos en el hogar), domiciliario (assignation a domicile, arresto domiciliario) o en casa (match à domicile, partido en casa).

No tenemos del todo claro el sentido de los primeros usos del español a domicilio en el lenguaje del periodismo deportivo. Así, el As, por entonces un semanario, titulaba en su número del 13 de enero de 1936: «El Sunderland, derrotado en su campo por el Aston Villa». «El jugar a domicilio de nada le valió», escribía. Ese domicilio era el suyo, Rober Park. Pocas semanas después, la misma publicación usaba esta expresión en sentido contrario: «El Zaragoza se desquita batiendo a domicilio al Gerona, en cuyo terreno hace tiempo ningún otro equipo había logrado resultado parejo». Esta segunda acepción de a domicilio (‘en el campo o cancha de que es propietario el equipo visitado’) no entró en el Diccionario hasta 1992.

Para la prensa española, el Madrid juega a domicilio cuando disputa un partido fuera de casa, mientras que para la francesa lo hace à domicile cuando se queda en el Bernabéu.

El fútbol es así.