Muerte en el portal

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

21 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque pueda parecer un tópico, me enteré de lo sucedido en una tienda de mi barrio. La hermana de la tendera vive en el mismo edificio en cuyo portal la joven Ana Enjamio fue acuchillada sin piedad la madrugada del sábado pasado. Y, obviamente, el despliegue policial suscitó las sospechas de que algo terrible había sucedido allí. Mi estupor dio paso a la rabia y la impotencia ante lo que podía ser un crimen pasional. Las diez puñaladas indican la saña que solo el trastorno de un fracaso sentimental puede provocar. Aún así, no soy capaz de entender por qué alguien que se supone que quiso a la víctima puede arrebatarle la vida. No es fácil aceptar que alguien que te importa no siente lo mismo por ti, pero de ahí a que la mates… Solo los cobardes actúan así, porque requiere valentía y madurez aceptar los fracasos. Y parece que nuestra sociedad no nos prepara para afrontar las frustraciones y las derrotas.

Ya nunca podré pasar delante de ese portal con la indiferencia habitual, porque cada vez que lo haga recordaré que allí un canalla segó la vida de una joven. Porque la realidad de la violencia machista no es algo distante, sino que puede suceder, y de hecho sucede, en tu ciudad, en tu calle, en tu edificio, en tu portal. Puede que la vida continúe, pero Ana, una joven de solo 25 años, quien había rematado la carrera de ingeniería, ya no estará. Y su familia, rota por el dolor, jamás volverá a ser igual. Sus Navidades estarán teñidas por el más triste de los recuerdos. Porque lo que debiera de haber rematado con alegría y quizás una resaca y una mala digestión por los excesos en una cena de empresa, acabó en la camilla del forense de la ciudad. ¿Y para qué? Descanse en paz.