Tensa espera

Xosé Carlos Arias
Xosé Carlos Arias VALOR Y PRECIO TRANSICIÓN CONVULSA EN EE.UU.

OPINIÓN

12 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En Estados Unidos no se recuerda un período de transición tan cargado de incertidumbre y aprensión como el que ahora estamos presenciando. A punto de llegar la presidencia de Donald Trump no sabemos aún ante qué política nos encontraremos dentro de unas semanas. Porque una cosa es lo prometido en campaña y otra lo que realmente haga. En cualquier caso, lo visto en este interminable proceso de cambio de poder no invita al optimismo, pues tras un primer momento en que el presidente electo pretendió dar una imagen de inclusividad, pronto volvió a sus señas de identidad: lo imprevisible de sus actos y un cierto estilo de abusón de la clase. Algo que obliga a recordar la vieja historia de la rana y el alacrán: «Es mi carácter».

A saber lo que les viene a los ciudadanos norteamericanos en materia de derechos civiles. Pero en cuanto a la política económica todo indica que de inmediato se pondrá en marcha un cóctel de medidas que puede resultar muy indigesto: un gran (y seguramente necesario) plan de infraestructuras; una considerable reducción de impuestos, principalmente sobre las rentas más altas (lo que unido a lo anterior puede provocar un notable agujero en las cuentas públicas); la retirada de algunos importantes programas sociales, como la reforma sanitaria; y una agresividad comercial desconocida en mucho tiempo. Las grandes dudas están, obviamente, en la intensidad con que esos cambios se apliquen.

Donde los mensajes de los últimos meses han sido más claros es en el ámbito de las relaciones internacionales. China y México se reafirman como los adversarios inmediatos a batir, con presiones descarnadas sobre las grandes empresas para que relocalicen sus inversiones en suelo norteamericano. A partir de ahí, el temido retroceso descontrolado de la globalización se hace más probable, con la posibilidad abierta de que todos, incluidos los norteamericanos, acaben perdiendo con ello. Por cierto, si a todo esto cuadra bien la imagen del disparo en el pie, algo parecido ocurre también con otro gran actor en la economía mundial, el Reino Unido, que parece disponerse a las cruciales negociaciones sobre el brexit con estrategias poco racionales y de corto plazo.

Días de suma incertidumbre, por tanto. Y en los que llegan también otro tipo de malas noticias. Desde principios de año han fallecido dos grandes del pensamiento contemporáneo, el filósofo Zygmunt Bauman y el economista Anthony Atkinson. Ambos se cuentan entre los autores que mejor han explicado los problemas de fondo que están detrás de patologías como la de Trump o el brexit. En el caso de Bauman analizando el carácter contradictorio -en sus palabras, líquido- de esta globalización en la que la democracia ha quedado relegada ante los mercados de capital; y nadie como Atkinson ha sabido explicar los caminos de la inaceptable desigualdad contemporánea. Dos gigantes que se han ido justo cuando más los necesitábamos.