La recuperación del PSOE

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

16 ene 2017 . Actualizado a las 09:06 h.

El ruido de la victoria de Trump en EE.UU. había apagado en buena parte nuestros ruidos nacionales y casi nos hizo olvidar el pasmo de muchos socialistas al escuchar a su ex secretario general Pedro Sánchez cantar las maravillas de Podemos y confesar haberse equivocado al no avanzar en sus negociaciones con ellos. Con razón algunos compañeros comentaban en privado que podía haberse ido con los populistas.

Resultaba asombroso que Sánchez se considerase el perjudicado en todo aquel proceso, sin reconocer nunca el daño que él le causó al PSOE y que está a la vista en los resultados continuamente decrecientes que obtuvo. Sobre esto no ha hallado nada que decir. Ni una palabra sobre sus derrotas en las elecciones gallegas y vascas ni en las dos citas de las generales. Nada. Como si esos resultados fuesen siempre culpa de otros.

Fue así como llegó su relevo al frente del PSOE, con la tensa formación de una Comisión Gestora encabezada por el asturiano Javier Fernández, que ha realizado una labor modélica y que ahora acaba de convocar el congreso de los socialistas para el 17 y 18 de junio. Respecto de la futura secretaría general del PSOE, sabemos que Patxi López ha presentado ya su candidatura y que Susana Díaz lo hará en los próximos días.

Todo lo cual parece apuntar a una recuperación de la normalidad en el PSOE, aunque el camino esté aún por andar. Y aquí me parece relevante recuperar la figura de Antonio Hernando, actual portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados. Pudo seguir a Sánchez en su excursión allende las fronteras del Comité Federal, pero ha preferido someterse a los acuerdos orgánicos y desarrollar una misión política clara: recuperar el espacio histórico-ideológico (socialdemócrata) del PSOE en el Congreso e intentar hacer retroceder a los demás partidos hasta sus fronteras naturales.

De todos estos aconteceres debe salir un PSOE unido, renovado y sin fisuras. Porque, de no ser así, su futuro podría ser poco halagüeño. Y esto sería una desgracia para España, porque el PSOE es un partido imprescindible para construir los equilibrios indispensables que necesitamos, si no queremos atravesar tiempos convulsos.