Posmentira

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

28 ene 2017 . Actualizado a las 10:28 h.

Si es cierto eso de que estamos en la época de la posverdad, entonces estaríamos en la época de la posbondad, de la posbelleza y de la poslibertad. Y por tanto, habríamos cambiado una cultura en la que lo verdadero era el fundamento de la libertad, de lo bello y lo bueno por otra en la que lo bueno, lo bello y la libertad de los demás dependen de mi apetencia, de mi elección, de lo que yo prefiera. Si me conviene que la tortura no atente contra la dignidad humana, entonces la tortura se convierte en algo moral e incluso bello, porque lo dice Trump. Al final todo se resuelve en poder. En la capacidad de decidir qué es lo verdadero, aunque sea mentira. Ocurre siempre que se ningunea la verdad como si se tratara de un concepto metafísico anticuado. Pero eso no produce una cultura de la posverdad, sino simplemente una cultura de la mentira y del poder. No existe tal posverdad.

Solo hay verdad y mentira. Caben variaciones de formato: verdades como puños, mentiras descaradas y mentirijillas. Y sobre ellas se construye una vida o una cultura. Pocos discutirían esto para el caso de las torturas, pero la cosa se complica cuando nos referimos a otras cosas que nos afectan personalmente. Por ejemplo, la corrupción pequeña, esos robos de tiempo o de material, esos pequeños favores. O cuando hablamos de género, en vez de sexo. Ahí, para cambiar la moral, destruimos primero la verdad. Trump apenas nos imita y nos irrita. Y porque nos irrita, sabemos que todavía no hemos caído del todo en las tierras pantanosas, tan difíciles de abandonar, de la mentira como forma cultural dominante.

La verdad, por dura que resulte, siempre protege y libera. La posverdad, pues… solo es mentira.

@pacosanchez