No habrá unidad ni humildad

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

16 feb 2017 . Actualizado a las 09:36 h.

El abrazo de Vergara entre los generales Espartero y Maroto, y que supuso el fin de la primera guerra carlista, fue infinitamente más sincero que el que se dieron en Vistalegre II Iglesias y Errejón. El vencedor no tendrá piedad con el derrotado. Se lo sacará de en medio convirtiéndolo en el primer gran florero podemita. El Gran Hermano de la formación morada no quiere hablar de unidad con quien discrepe de sus tesis, y en cuanto a la humildad que prometió desde su posición de triunfador, me remito a las palabras de Juan Carlos Monedero cuando afirmó que su gran defecto es la soberbia intelectual. Y no solo caerá Errejón. Las purgas de Iglesias afectarán igualmente a quienes lo apoyaron, por lo que el reto de la integración que exigen las bases se pospondrá hasta mejor ocasión. Genial su órdago acerca de dejar su escaño si llegase a perder. Los dudosos picaron el anzuelo, como lo hicieron tantos socialistas en 1979 tras la teatral espantada de Felipe González por no haber conseguido retirar el marxismo del ideario socialista. Iglesias ya es un virtuoso en trucos de la casta. Si tuviese que calificar su actuación en Vistalegre II mis puntuaciones serían estas. Escenificación, sobresaliente. Demagogia, matrícula de honor. Credibilidad, necesita mejorar. Ya tiene vía libre para comenzar a preparar su particular asalto a nuestro palacio de invierno, la Moncloa. Erradicados los mencheviques, la gloria está más cerca. Su único y principal problema es que el sentido común de los españoles, como siempre ocurre, acabará poniendo a cada uno en su sitio.