El juego de la oca y el Banco de España

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

16 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De Banco de España a Banco de España, un perverso juego de la oca que nos acompaña en nuestra crisis y problemas económicos. No fue suficiente que Mariano Rubio iniciara el desaguisado visible y terminara encarcelado. Tampoco que la nueva regulación pretendiera desligarlo del ciclo gubernamental fortaleciendo su independencia (sic). El Banco de España, al igual que otros organismos reguladores incumplió sus fines, y en esta larga crisis -van ya diez años- sus gobernadores hicieron de todo menos lo que era de su competencia: regular y controlar nuestro sistema financiero. 

Sus gobernadores, y con especial dedicación Fernández Ordóñez, pero también Caruana y Linde, desgranaron la guía nítida para recuperar el futuro. Y así, íbamos escuchando la salmodia de medidas que nos llevarían de nuevo a la sociedad del poquito bienestar en que todo se paga.

La desmesura de las Administraciones públicas donde los funcionarios estaban en el principio y fin de nuestros males. Sobraban médicos, profesores, guardias civiles, gestores de lo público, inspectores de Hacienda, jueces… Y también sus salarios. Luego tocó el turno a los trabajadores y sus privilegiadas condiciones laborales. También la insostenible sanidad pública, Y el anunciado problema de las pensiones. El sanctasanctórum del Estado del bienestar.

Abundó el regulador en el incumplimiento del objetivo de déficit de las autonomías, e incluso de su sin sentido político, y por tanto de la mayor necesidad de recortes en educación, sanidad y dependencia.

Mientras tanto, Fernández Ordóñez y los del Banco de España juraron y perjuraron que nuestro sistema financiero era el más solvente del mundo. Antes dejaron que la bola imparable de las cajas de ahorros fuera saqueada por sus gestores sin pestañear. Se atrevieron a dar el visto bueno a Rodrigo Rato para gestionar la locura Bankia -fusión de cajas averiadas vinculadas al PP-. Pocos les creímos, entre ellos la Troika, que impuso una auditoría externa de los bancos españoles, que acabó en el 2012 por descubrir la desfeita Bankia y obligó al Estado a la intervención. Bankia fue nacionalizada por necesidad. Los españoles nos vimos obligados a pagar unos 100.000 millones de euros, gracias entre otros a los desastrosos diagnósticos del Banco de España y a sus cuestionables estrategias. Para los ciudadanos lo lamentable es que el Banco de España nunca fue de los nuestros, tampoco el FROB, con obvias dejaciones y responsabilidades. Apenas peones de intereses espurios. Así parece entenderlo ahora la Audiencia Nacional. Y bien harían Guindos y Ciudadanos en activar el pacto firmado y reformar objetivos, estructuras y gestión de los organismos reguladores (Competencia, Valores, Seguros) y de defensa del consumidor. De una vez y en serio. Para evitar de nuevo la calavera.