Gavilán o paloma

Javier Guitián
Javier Guitián EN OCASIONES VEO GRELOS

OPINIÓN

20 feb 2017 . Actualizado a las 08:16 h.

«Amiga, hay que ver cómo es el amor, Que vuelve a quien lo toma, Gavilán o paloma, Pobre tonto, ingenuo charlatán, Que fui paloma por querer ser gavilán. Amiga, hay que ver como es el amor, Que vuelve a quien lo toma, Gavilán o paloma». Les confieso que soy un gran fan de Pablo Abraira y que he cantado esta canción más de una vez. 

Tal vez por eso me he sentido arrebatado por la enmienda central del congreso del PP en la que han tenido que aclarar si en su símbolo hay una gaviota o un charrán. No es cosa menor, o como diría su presidente, es cosa mayor. Las gaviotas son aves grandes, de pico robusto, que se alimentan de todo aquello mínimamente comestible: animales marinos, vegetales, insectos, carroña, pájaros pequeños, pollos, ratas, etcétera. Son carroñeras. Los charranes son aves de patas cortas, pico largo, cola ahorquillada y de complexión ligera. La mayoría de las especies se alimentan de peces, cazados a través de clavados, pero los charranes de ciénaga son insectívoros y algunos de los charranes más grandes complementan su dieta con pequeños vertebrados terrestres. No hay color.

Al parecer, el publicista autor del logo, militante del partido, declaró que su idea original fue la del charrán, un ave marina que vuela alto, pero que fue Manuel Fraga el que pensó que se trataba de una gaviota, frecuente en Galicia y, como a don Manuel era difícil llevarle la contraria, se produjo la transmutación. Tanto es así que los estatutos del Partido Popular rezaban hasta el pasado congreso que «las siglas son PP y su logotipo está integrado por las letras PP cobijadas bajo un símbolo que representa una gaviota con las alas desplegadas dentro de una conferencia».

«No podemos estar representados por una gaviota. Es carroñera, vuela bajo y come basura. El charrán, en cambio, es un ave marina, pero vuela alto, no se mueve entre la basura. En los casos de corrupción, da la sensación de que muchos de nuestros dirigentes han preferido ser gaviotas, y los militantes del PP queremos ser charranes», ha declarado el creador del logo en una hermosa metáfora ornitológica.

Ante el cónclave se habían presentado varias enmiendas pidiendo aclarar cuál es el ave y, finalmente, se ha llegado a un acuerdo para que figure en los Estatutos que el logo es un «charrán, comúnmente conocido por todos como gaviota». Para eso están los congresos, ¡qué narices!, si hay que tomar decisiones arriesgadas por el bien de los españoles se toman.

Mientras la primera sentencia del caso Gürtel llevaba a la jaula a un bando de gaviotas en Valencia que, por supuesto nada tienen que ver con el partido, miles de charranes se reunían en la Caja Mágica, una construcción megalómana que costó 200 millones de euros, para acabar con la corrupción, cambiando el logo. Ya tiene que ser mágica.

Todo esto no me importaría un pimiento si no fuera por mis amigos ornitólogos y por los estudiantes de zoología. A ver como les explicamos ahora que lo que durante tres décadas ha sido una especie carroñera como la gaviota, de la familia Laridae, es ahora un charrán, Sternidae, pero que ellos pueden seguir llamándole gaviota. Así no hay quien se aclare.