Cuarenta años luz

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

06 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No sorprende que, según la NASA, se hayan encontrado siete planetas parecidos a la Tierra. En un universo con miles de millones de galaxias y cada una con miles de millones de estrellas, parece lógico que existan sistemas con planetas girando alrededor de una estrella, y que alguno sea similar a la Tierra y se encuentre a la distancia adecuada de la estrella alrededor de la cual orbita como para tener agua líquida en su superficie y, por lo tanto, posibilidad de albergar vida.

A mí lo que me sorprende es que sean siete los planetas rocosos descubiertos y que orbitan alrededor de una estrella enana y fría (alrededor del sol solo giran cuatro planetas rocosos). También que sus órbitas se recorran en tiempos tan pequeños (entre 1,51 y 20 días), cuando, como se sabe, la de la Tierra es de 365 días.

Me sorprende que exista instrumental adecuado para detectar estos cuerpos celestes, carentes de luz propia como todos los planetas, y situados a 40 años luz de distancia. No hay vehículos que alcancen la velocidad de la luz, por lo tanto, no se podrá ir a ver si hay vida en los planetas recientemente descubiertos y que orbitan alrededor de la estrella Trappist I. La información se recibe por medio de radiaciones electromagnéticas que viajan a la velocidad de la luz. Aún así, las informaciones recibidas son de 40 años antes. Es decir, desde que salen hasta que llegan a la Tierra han transcurrido 40 años.