El PSOE se fue, pero ¿volverá?

Fernando Salgado
Fernando Salgado LA QUILLA

OPINIÓN

07 mar 2017 . Actualizado a las 10:15 h.

La gente quiere que el PSOE vuelva, pero no que vuelva el pasado. La frase de Susana Díaz, a falta de mayor concreción, bien merece un análisis. De primeras, supone una dolorosa constatación: el PSOE se marchó, ya no está. Solo le faltó a la presidenta andaluza tararear aquella canción que popularizó Laura Pausini en los años noventa del siglo pasado, titulada Se fue: «Ya no responde ni al teléfono, / pende de un hilo la esperanza mía, / yo no creí jamás poder perder así la cabeza / por él».

Pero ¿en qué momento se fue el PSOE? Existen al respecto teorías variadas. Hay quien cree que los socialistas desertaron al abandonar en la cuneta a los damnificados de la crisis económica. O que desaparecieron cuando Zapatero aceptó, con ojos vidriosos de cordero degollado, el trágala de Bruselas. O tras el fracaso de Rubalcaba en su intento de reconstruir una alternativa con los escombros del derrumbe. O con las primarias suicidas que dieron el mando a Pedro Sánchez. O la mañana en que las huestes de Susana Díaz asaltaron manu militari la sede de Ferraz. De todo un poco, seguramente, porque el PSOE se fue yendo por fases, de derrota en derrota, hasta diluirse como un terrón de azúcar para endulzarle la vida a Mariano Rajoy.

El PSOE se fue, pero «la gente quiere que vuelva». Entrecomillo la frase porque, aparte de no ser mía, me suscita alguna duda. Si la gente quiere que vuelva, volverá, obviamente, porque la decisión de la gente -eso que antes llamábamos pueblo- es soberana. Pero no se lo están poniendo fácil. Para que regrese el hijo pródigo hay que franquearle la puerta y seducirlo con propuestas diferentes a las que provocaron su marcha. Y resulta que la puerta sigue cerrada a cal y canto: siete de cada diez votantes del PSOE consideran que el congreso del partido debería haberse celebrado ya.

Más acaída me parece la segunda afirmación de Susana Díaz: la gente «no quiere que vuelva el pasado». La comparto totalmente y esta vez la defiendo con respaldo demoscópico. Una encuesta de Sigma Dos, publicada ayer, aclara lo que quiere la gente, en general, y los votantes socialistas, en particular. Entre los tres probables candidatos a liderar el PSOE, la gente prefiere a Pedro Sánchez (31,3 %) y relega a Susana Díaz a la cola (25,4 %). Por edades, la dirigente andaluza solo supera a Sánchez entre los españoles de 65 o más años, los más añorantes del pasado. Si en vez de la gente hablamos solo de votantes socialistas, Pedro Sánchez arrasa, con el 43,9 % de apoyos; Patxi López obtiene un 31,8 %, y Susana Díaz cae a un exiguo 18,6 %.

Los datos son demoledores. Gana el aspirante demonizado por la derecha, huérfano de apoyo en los medios y desprovisto de cargos institucionales. Y pierde, pese al apoyo generalizado de los votantes del PP y las fanfarrias mediáticas, la presidenta andaluza. La gente, mire usted por dónde, no quiere que vuelva el pasado. Volver sí, pero no con la frente marchita de los Felipe, Zapatero o Rubalcaba, porque las nieves del tiempo ya platearon la sien de los baluartes de la presidenta indecisa.