Esos horarios

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

10 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La conciliación familiar, jornadas laborales más cortas y productivas y hasta el cambio del huso horario son ya propuestas-gancho de cualquier campaña electoral que se precie de estar «en lo que de verdad importa a los ciudadanos», latiguillo que, en efecto, denota que los políticos pasan la mayor parte de su tiempo donde los demás no estamos. En la última contienda no fue solo promesa electoral, sino que se convirtió en parte esencial del acuerdo entre el PP y Ciudadanos que permitió a Rajoy seguir viviendo en la Moncloa.

También en Galicia queremos conciliar. Tanto que Feijoo -ahora padre de familia, se ha propuesto no volver del trabajo a horas intempestivas- anunció el verano pasado su intención de convertirnos en referente de la conciliación. Y para ello cuenta con un político trabajador, cabal, joven y padre de un niño pequeño, que hace campaña en los pasillos del poder para que sean ellos los primeros en dar ejemplo, y que empiecen por cortar con ese hábito tan poco conciliador de comenzar reuniones y actos públicos pasadas las ocho de la tarde. En otros lugares lo han conseguido.

Aquí de momento se anuncia como objetivo adelantar el fin de la jornada laboral a las seis de la tarde. Una sana medida que no casa bien con otras decisiones que, aunque de forma colateral, también competen al Gobierno. La televisión pública está anunciando el arranque de dos nuevos programas de entretenimiento en el que los niños tienen un papel estelar... pero empezarán pasadas las diez de la noche. Si los padres no pueden conciliar con los hijos, al menos que lo hagan los hijos con los padres. Y que se vayan acostumbrado a estos horarios tan nuestros.