Raqa, camino de la libertad

Yashmina Shawki
Yashmina shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

16 mar 2017 . Actualizado a las 08:49 h.

Ayer se cumplieron seis años desde el inicio de la guerra civil en Siria. Seis años de destrucción y horror, de desgaste e inhumanidad. Seis años de incompetencia internacional para tomar una posición y apoyar de manera clara a quienes quieren liberarse del yugo de los Asad, su cohorte alauí y el partido Baaz.

Sin embargo, tras el anuncio de que Estados Unidos enviará a 400 marines y rangers para colaborar con las tropas de las Fuerzas Democráticas Sirias -SDF, según sus siglas en inglés-, una coalición de tropas árabes y la YPG, la milicia kurda, en su avance hacia la localidad de Raqa, bastión del Estado Islámico, puede producirse un cambio trascendental en este conflicto que, quizás, agilice su resolución. Un cambio que, por primera vez, incline la balanza hacia quien más sufre: la población civil. Un cambio que, por supuesto, produce urticaria a varios de los bandos que han mantenido viva esta sangría, especialmente Turquía.

Y es que a Erdogan le ha faltado tiempo para rechazar esta colaboración que respalda la actuación de los kurdos en este conflicto y supone un reconocimiento de que su lucha nada tiene que ver con el terrorismo, del que les ha venido acusando y que ha utilizado para masacrarlos tanto en territorio sirio como en el turco e incluso el iraquí.

Además, Turquía, siempre hostil al régimen de Asad -no solo por su defensa del laicismo, sino por la vinculación con Irán, bastión del chiismo, confesión con la que mantiene una lucha secular-, no quiere que Raqa, feudo de los suníes del Estado Islámico, sea liberada. Y es que la supresión del EI reequilibraría las fuerzas que componen el complejo puzle sirio, y la negociación de la paz podría mermar seriamente la influencia en la región que Turquía tanto ha peleado por conservar y, por lo tanto, los planes de sultanato de Erdogan.