Deportivo, Celta, y la pasión según nós

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

19 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol es una cuestión sentimental. Como un «te quiero» o un «no me vuelvas a hablar jamás». El fútbol no atiende a razones, porque si las tuviera serían irracionales, o sea, un oxímoron en toda regla. A uno le gusta el fútbol y está harto de los que desde púlpitos inteligentes repudian esta inclinación masiva, de las gentes y del pueblo, que está fatigado de las políticas y las justicias desde que se sabe que las justicias son más desiguales que los precios de los supermercados. 

Hoy a las seis y media, cuando comience a rodar el balón en Riazor, se escucharán gritos de júbilo en todos los rincones de esta Galicia luminosa y febril. Es que se encenderán los faroles de la emoción en los interiores del país. Unos del Celta y otros del Dépor, o al revés. Unos de Aspas y otros de Bergantiños, que son dos y gallegos los dos. Vienen sobrados de entusiasmos los equipos nuestros. El Deportivo se merendó a mi Barça con autoridad y con un planteamiento que dejó a Luis Enrique en ninguna parte, o sea, la parte que en realidad le corresponde a este entrenador avinagrado que por fortuna se va de Barcelona. El otro, el Celta, despachó en un abrir y cerrar de ojos al Krasnodar ruso para colarse en los cuartos de final de la copa UEFA. Y tiene trazas de seguir. Porque Berizzo hace fútbol de acordeón, que se pliega y repliega con músicas de tango.

No niego que me gusta el Deportivo de Mel, porque tiene fundamentos (el de Garitano, ni fundamentos ni nada que se le pareciese). Ni puedo negar que el Celta ha hecho de la necesidad virtud y ofrece un alicatado de presión y ataque que a uno solo le queda aplaudir. ¿Qué pasará? Que pase lo que pase. Pero con alma, que es lo que le falta por veces a este país en medio de la escalera. Con gritos y pasión y Hala Dépor y Hala Celta. Cantaremos el miudiño y la rianxeira. Levantaremos la copa del fútbol en esta Galicia que cada vez cree más en sí misma y menos en los de fuera. Gane quien gane, ganaremos nós.