La victoria de la política en Irlanda del Norte

Abel Veiga LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de Irlanda del Norte es una historia de sufrimiento y violencia, pero también de paz y esperanza. Las bombas callaron hace mucho tiempo, el mismo que la memoria difumina y diluye los recuerdos, los enmascara en ocasiones, los desapasiona en otros. Derry (Irlanda del Norte) vivió episodios de enorme violencia, sectarismo, odio, guerra, terrorismo, crueldad, etcétera. Pero también ha sido el espejo donde otros se han tratado de mirar, aunque la imagen se devuelva en ocasiones distorsionada. Donde la esperanza se hizo realidad, y donde los otrora terroristas se convirtieron en políticos, también en puentes y hacedores de la paz, pese a haber empuñado antes las pistolas y ordenado actividades terroristas.

Se sentaron a la mesa. Miraron al futuro desde el presente sin olvidar el pasado. Un pasado de muerte, terror, abusos, mentiras, indiferencia, odio, desencuentros y crueldad. Frente a frente. Quienes se habían declarado la guerra, habían estado en sus listas, en sus objetivos. Dieron un paso de gigante. La sociedad lo pedía, ambas, a un lado y al otro. En Belfast, en Londres, también en la otra Irlanda, en Dublín. Lo hicieron posible. Derribaron los obstáculos. No solo políticos, no solo armados, también religiosos, porque allí el problema también tiene este matiz al tiempo que muchos otros, entre protestantes y unionistas.

Martin McGuinness, uno de los viejos líderes del IRA, con vínculos estrechos al Ejército Republicano Irlandés y en la jerarquía de mando, fue, conjuntamente con Gerry Adams, aquel otro lado de la mesa que hizo realidad los acuerdos de Viernes Santo de 1998. Ambos reconocerían abiertamente años después su pertenencia al IRA. Y sin embargo, hicieron posible el dificilísimo camino de la paz. Tan angosto como necesario. Tan duro e inhóspito al principio como irreversible y definitivo.

La muerte de McGuinness cierra una etapa en Irlanda del Norte. Llegó a ser hasta hace apenas dos meses viceprimer ministro de Irlanda del Norte. El precio de la redención en política. Y hoy el viejo Sinn Féin está a un escaño del partido vencedor en las recientes elecciones. Los viejos verdugos se convirtieron primero en halcones, luego en palomas doblegadas por el juego de la paz, de la política y la democracia. El único verdadero. El único que nos hace verdaderamente libres. Allí fue posible. Como lo fue el entendimiento y no mirar al adversario como enemigo, sino simplemente como adversario político. La sangre manchó demasiadas manos a ambos lados, pero al final la política derrotó a la violencia en Irlanda del Norte.