El hombre de las Azores

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

07 abr 2017 . Actualizado a las 09:06 h.

Hace años un conocido director de periódico, nada sospechoso de ser zurdo, me dijo: «Aznar tiene un gran problema, es antipático». Entonces el expresidente vivía los tiempos gloriosos de su mayoría absoluta. Ya saben, cuando España iba bien y cabalgaba con alegría hacia el acantilado de la recesión a lomos de la burbuja inmobiliaria. Éramos una potencia. Lo demostrábamos poniendo los pies en la misma mesa que Bush, aquel presidente de Estados Unidos al que lo vino Dios a ver cuando eligieron a Trump. Y lo refrendamos posando en una foto histórica. La de las Azores. La que nos metió, ya saben, en la guerra de Irak.

A nadie le puede sorprender que José María Aznar no esté arrepentido de aquella instantánea. Y tampoco que se haya convertido en el jarrón chino más lenguaraz de la historia. Al fin y al cabo, él sabía cómo salir de la crisis. Supongo que tampoco lamenta haber ido a la televisión a recibir un homenaje de Bertín Osborne. Tal vez debería hacerlo. La emisión ha roto un mito. Ha destrozado esa aureola mesiánica que sustituyó al bigote como principal seña de identidad. Consiguió batir un récord de audiencia. Pero por lo bajo. Nunca un En tu casa o en la mía había logrado menos cuota. El dato, frío y demoledor, confirma lo que ya sabían en las ediciones digitales, que trabajan cada día con los números en la mano. El expresidente continúa siendo antipático, pero ya no tiene un gran tirón popular y cada vez son menos aquellos que esperan que salve a la patria. Y eso que vivimos en la edad dorada del populismo.