Los limpia

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los limpiaparabrisas viejos manchan más que limpian: en un par de pasadas nublan con un barrizal de polvo y mosquitos toda la visión del conductor. Casi mejor no usarlos. Puede ocurrir también con los artículos. Por eso, porque ante esta nueva oleada de noticias sobre corrupción resulta fácil indignarse, pensar que nada tiene arreglo y que estamos condenados a elegir entre ideología sin principios o ni ideología ni principios, sino solo conveniencia, por todo eso que digo, he intentado ver qué parte buena puede agazaparse entre tanta basura. Y he encontrado algún motivo para la esperanza.

El primero es que todavía distinguimos lo correcto de lo incorrecto, lo que es propio de la naturaleza humana y lo que resulta indigno. Pensarán que faltaría más, pero ha habido épocas de la historia y áreas geográficas amplísimas en las que tal distinción se diluyó. Casi siempre, por cierto, anegada por ideologías terribles que ahora parecen viejas, pero sobreviven más o menos rebajadas y entremezcladas con otras nuevas. En cualquier caso, todavía distinguimos algo. La naturaleza humana aguanta. Y el sistema que nos hemos dado, también. Aunque a veces aguanta de milagro de tanto desportillarlo.

Las noticias sobre corrupción vacunan si se aplican en la dosis justa. Si se exagera el celo y se activa sin prudencia el ventilador, terminamos por acostumbrarnos. Cuando se hace justicia y se publica, se previene al corrupto potencial y se le obliga, por lo menos, a pensárselo. Con lo otro, se descalifica a toda la clase política, algo muy inconveniente para nuestra salud social, porque alimenta populismos y dictadores. Ahí radica la diferencia entre el autobús y el juzgado. O debería.

@pacosanchez