Tan lejos, tan cerca

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

25 abr 2017 . Actualizado a las 08:31 h.

Los Pirineos no son un muro como el de Juego de tronos. Son cada vez más un cordón umbilical que toca España con Francia, más que separa. Aunque todavía nos maravillen muchas cosas de los franceses (cómo saben quererse donde nosotros somos expertos en machacarnos o cómo cuidan su paisaje o su cultura, donde nosotros disfrutamos pisoteando la nuestra), hay otras en las que les llevamos ventaja (sistemas públicos de sanidad y educación a pesar de los recortes o ese gusto por vivir en el que somos únicos). Y así es que la cercanía ha provocado un terremoto de lunes en el PSOE. El palo de Hamon ha llevado al vidente Zapatero a volver a hacer campaña por Susana Díaz. Explicación: si gana el «no es no» de Sánchez, que ya casi es más de Podemos que la coleta de Pablo Iglesias, cree ZP que el desastre electoral está garantizado. Hamon era en teoría lo más zurdo que podía presentar el socialismo frente al oficialismo casi de derechas de Valls, candidato oficial como Susana, y así ha pasado lo que ha pasado. El voto de izquierdas votó Mélenchon y Hamon engrosa la lista de zombis del socialismo, tras el Pasok, tras Holanda... Nadie vota la copia si puede votar el original. Mélenchon era la izquierda antisistema. Hamon era el socialismo de toda la vida, con una pegatina de antisistema. Fue aniquilado. Esa fórmula es la que se han apurado a comprar en Ferraz para que la operación Susana no salga del revés. En Francia la final queda dispar. Macron, además de ganar, ha recibido la bendición del oficialismo bipartidista muerto en combate (Fillon y Hamon). Es la República contra la tormenta Marine (muerte del euro -que vuelva el franco, la peseta y la lira-, apuñalamiento de Europa, acercamiento a Putin), por mucho que se disfrace. Ganará el chaval de 39 años.