Lo humano

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

03 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Me despertaron una noche más los aullidos del botellón y pensé que no tenía derecho a sentirme molesto o enojado, salvo conmigo mismo. Los del botellón estaban ejerciendo su derecho a divertirse y yo estaba haciendo lo típico de un pringao: dormir para levantarme temprano. Si eres un pringao, atente a las consecuencias. Un fenómeno cultural, falsamente nuevo, que se podría resumir en que el débil se aguanta, porque se merece todo lo que le hagan, porque la culpa es tuya, pringao insolidario, que pretendes dormir a costa del divertimento ajeno. O te enfadas porque alguien invade tu casa, alguien que sabe qué hacer con ella, no como tú, paspán, que estás ahorrando para arreglarla o quieres venderla para atender Dios sabe qué otras necesidades inconfesables. Como Trump con el cambio climático y sus tratados, que son cosa de perdedores y él a perder no juega. Como un okupa, se salta todo lo convenido, todo lo pactado. Él okupa el mundo, porque sabe qué destino darle y no le importa el deterioro. Los demás son unos pringaos: que se aparten. Que hagan cola por generaciones, siempre detrás del First, que es América. Cuando el barullo se hincha, nada es defendible o se puede defender todo. Pero incluso entonces, acallado en la burbuja de ruido, queda siempre un resto de naturaleza, de esa naturaleza humana de la que nadie quiere hablar, pero que nos permite reconocer que respetar a los demás es mejor que despreciarlos, que la sinceridad es mejor que la mentira, que curar es mucho mejor que lastimar, que cooperar engrandece más que competir, que dar vida es mejor que dar muerte. Todo eso, por ejemplo, los perros no lo saben. Nosotros sí, de nacimiento. Soy optimista.

@pacosanchez