El corazón del mundo

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CON LETRA DEL NUEVE

OPINIÓN

05 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los anglófilos somos anglófilos con brexit o sin brexit. Y somos de Londres porque nos da la gana, como a JFK le daba la gana de ser de Berlín y era un berlinés más, solo que con más clase y estilo. El yihadismo, que no entiende de clases ni de estilos, le ha soltado un nuevo zarpazo a Londres porque Londres es la capital cosmopolita de Occidente, la gran metrópolis del parlamentarismo, la que resistió las bombas nazis sin pestañear y la que soportó los miles de muertos del IRA. Al Reino Unido y a España, que venimos de muy lejos en la historia, a sufrir no hay quien nos gane, y tenemos demasiadas cicatrices en el pellejo como para echarnos ahora a temblar con el Estado Islámico.

Contaba Camba que un día paseaban por Londres dos amigos -uno sentimental, el otro práctico- cuando el pragmático soltó:

-La City es el corazón del mundo.

El sentimental replicó que el corazón del mundo, por puro romanticismo, no podía ser la City. Y el más práctico le rebatió que el suyo era un corazón de folletín:

-Tú te crees que el mundo está mecido por una especie de Vals de las olas y que todo en él son ternezas y delicadezas, ¿no es así? Pues, no, señor. En el mundo no se toca el Vals de las olas más que muy de tarde en tarde. El mundo está lleno de egoísmo y de brutalidad. Y el mundo necesita un corazón como la City, fuerte, formidable e infatigable.

Por eso Londres es el corazón del mundo. Y por eso, como la vida no consiste en bailar a todas horas el Vals de las olas, conviene recordar que estamos del lado bueno de la historia. El de la civilización que venció a la Luftwaffe y que -pese al dolor de cada ataque- doblegará al terror.