Con el Pastor, ¿otro «no es no»?

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta PAISANAJE

OPINIÓN

CESAR QUIAN

15 jun 2017 . Actualizado a las 13:02 h.

Comparten el Banco Santander y la dirección del PSOE mismo color corporativo, y está por ver si también estrategia ante una decisión clave para mantener clientes/votantes (permitan este paralelismo). La estrategia del «no es no». 

Era enero del 2016 y tras las elecciones de diciembre se desconocía quién podía gobernar. Y ahí aprovechó Pedro Sánchez para hacer fortuna -y, por lo visto ahora, parece que hasta carrera- con su eslogan. Rajoy necesitaba algún apoyo, directo o indirecto, del PSOE y la respuesta de Sánchez fue esta: «No es no». En diciembre de ese mismo 2016 el no derivó en una abstención tras meses de discusión y una revuelta tremenda en Ferraz. El resto es historia.

El pasado miércoles 7, poco antes del mediodía, Ana Patricia Botín compareció (de rojo) para anunciar la compra (regalo) del Banco Popular. Cuando se dispuso a hablar todo el mundo sabía ya que había pagado un solo euro por el sexto banco de España; que el 20 % del negocio bancario gallego le había costado menos que un café. En esa presentación, la presidenta dejó claras dos cosas. Primero, que el banco global que ella dirige con el 0,5 % del capital (un caso único) no mantendrá marca alguna: será solo Santander allá donde esté. Segundo, que no se va a resarcir a los accionistas del Popular.

Pasadas las horas, aquella limpia operación que quisieron vender el Gobierno, el FROB, la CNMV, el propio banco... ha ido mostrando sus costuras. Y lo que aparece no es nada bonito. Hubo movimientos extraños de venta de acciones del Popular por parte de fondos de inversión que también eran accionistas del Santander; la CNMV suspendió las operaciones especulativas en Liberbank, cuando las había tolerado durante meses en el Popular; los inspectores del Banco de España recelan (seamos suaves) de los números que justificaron la intervención; los abogados reciben decenas de peticiones de demandas; los clientes se siguen marchando al detectar que habrá una profunda purga y cambio en su entidad de toda la vida: Banco Pastor, 241 años de historia vinculada a Galicia.

Y toca modular. El cambio de marca no será inmediato. Y ayer su número dos en España abrió la puerta a compensar a los clientes engañados con sus acciones.

Vamos camino de otro «no es no». Ya saben cómo acabó el otro. Aquí la historia aún está por escribir.