¿No lo sabían? ¿No lo sabíamos?

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

16 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Rajoy ya estaba ahí, y sigue. Aunque muchos no parezcan desearlo. Ahora con apoyos parlamentarios suficientes que le han permitido la aprobación de los Presupuestos. Por ello, ante esta moción de censura siempre me he preguntado qué novedades en el panorama político actual habían encontrado Pablo Iglesias y los suyos respecto a diciembre o a junio pasados, para presentarla. En este sentido, Rivera explicitó con acierto la responsabilidad de Podemos al haber impedido un Gobierno alternativo al de Rajoy, para lo que apenas se necesitaba su abstención. 

Podemos y Pablo Iglesias están en su derecho de censurar al Gobierno de Rajoy, y lo han hecho con contundencia. Nadie puede negar el relato de acusaciones contra el Gobierno y el Partido Popular, y la necesidad de una política de regeneración de las instituciones más allá de la situación actual. Por más que la moción de censura se haya concebido para su fracaso formal.

Frente a esa moción, Mariano Rajoy se situó tranquilo en su confrontación con Podemos, por más que esa tranquilidad tenga plazos limitados. Debatiendo con Irene Montero y con Pablo Iglesias, y descalificando sus análisis y sus propuestas de gobierno, Rajoy consolida su posición entre los suyos y como presidente del Gobierno, pero no abre camino de solución a las cuestiones de fondo de algunos problemas de España, como se evidencia además en la falta de apoyos parlamentarios de las otras fuerzas políticas, incluidas las más cercanas.

El nuevo portavoz socialista reivindicó el régimen del 78 y la generosidad ejercida entonces para evitar que una de las dos Españas helara el corazón, y reivindicó las políticas de cohesión social y pertenencia de nación. Su síntesis de la situación concluyó en lo merecedor de la censura, pero también en el lado oscuro de la estrategia escrita de Podemos con respecto al Partido Socialista, reivindicando que en la búsqueda de soluciones no se debe de excluir a Ciudadanos. Añadió, en relación a Cataluña y la articulación territorial de España, un respeto estricto a la ley y la Constitución promoviendo soluciones desde la ley para una reforma federal.

Sin duda Podemos y sus confluencias, al igual que Ciudadanos, han llegado a las instituciones en respuesta a los profundos cambios que la crisis y su evolución han provocado. Cambios entre los que destaca la desigualdad que se ha cebado especialmente con los jóvenes, ese amplio rango de 20 años de edad, interesados en lo que les duele: la creación de empleo, la educación, la sanidad, la pobreza y la vivienda. Y para quienes la corrupción y las promesas incumplidas se les hacen tan insoportables que los alejan de los políticos. El nuevo portavoz, Ábalos, ha situado la nueva etapa socialista en ese mismo marco.

La moción fracasó, pero Pablo Iglesias y Rajoy están satisfechos, y el tiempo dará o quitará razones. Pero el debate parlamentario ha sido útil: problemas y políticas han tenido cabida con crudeza y realismo en el Parlamento. No es poco.