Wow!

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

16 jul 2017 . Actualizado a las 10:04 h.

Año 1977. El joven astrónomo Jerry Ehman trabajaba como voluntario en el proyecto SETI de la Universidad Estatal de Ohio para buscar vida inteligente fuera de la Tierra. Su misión, revisar los registros radioeléctricos de la computadora y detectar cualquier anomalía. El 15 de agosto, a las 23.16, sucedió. El telescopio Big Ear recibió una señal de 72 segundos procedente de la constelación de Sagitario. El impulso fue registrado en la hoja de papel continuo reservada para los pálpitos del universo y detectada unos días de después por Ehman. Consciente de lo que tenía delante, escribió sobre el papel ese expresivo Wow! que durante décadas ha resumido el impacto de sabernos acompañados. Este junio pasado, el científico Antonio Paris demostró que la señal era extraterrestre pero no inteligente: procedía de la nube de hidrógeno de un cometa. La corrección mantiene intacto el simbolismo de ese Wow! y la convicción de que no podemos estar solos. 

Esta semana, astrónomos indios descubrieron Sarasvati. Se trata de una de las mayores y más lejanas estructuras del universo. El supercúmulo de galaxias mide 600 millones de años luz y para llegar hasta él habría que viajar durante 4.000 millones de años a 300.000 kilómetros por segundo. 

Astrofísicos españoles registraron estos días una de las galaxias más luminosas del universo con una elevada tasa de formación estelar. Un cúmulo de galaxias cercano está actuando como lente que amplifica su luz, lo que le concede un brillo aparente superior al real. 

El Hubble detectó en junio una galaxia en forma de disco que dejó de formar estrellas unos pocos miles de millones de años después del Big Bang. Es la primera evidencia de que algunas galaxias muertas siguen evolucionando.

Menos mal que ahí arriba reina la poesía...