Jaque a los hackers

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

KACPER PEMPEL | Reuters

27 jul 2017 . Actualizado a las 09:07 h.

Mientras otras tecnologías no acaban de despegar (los relojes inteligentes, los televisores 3D, la realidad virtual...), el smartphone continúa fagocitando actividades para las que hasta no hace mucho necesitábamos otros dispositivos. El último es el dinero de plástico, que todavía es el método de pago más utilizado porque prácticamente todo el mundo tiene una o varias tarjetas en su cartera. Y eso que, según una encuesta del Banco Central Europeo, más del 75% de las compras en los puntos de venta de la zona euro se realizan en efectivo. En una década, el dinero físico será una referencia en los libros de texto y en este sentido el país más adelantado es Suecia, donde las monedas y billetes solo se utilizan en un 2% de las transacciones.

Pero las tarjetas (y las carteras) también van a desaparecer de nuestros bolsillos ante el auge del pago con el móvil. Tras los sistemas de Apple y Samsung, ahora llega a España Android Pay, apadrinado por Google. De momento solo funciona con las tarjetas Visa y Mastercard del BBVA, mientras que Apple Pay opera con Banco Santander, Boon y los servicios financieros Carrefour; y su equivalente coreano añade Abanca, CaixaBank, ImaginBank y Banco Sabadell. Sin embargo, tiene la ventaja de que se puede utilizar con cualquier móvil o smartwatch con NFC y sistema operativo Android a partir de 4.4 KitKat, mientras que sus competidores están limitados a los dispositivos de la manzana (incluyendo iPad, Apple Watch y ordenadores Mac) y los teléfonos más avanzados de la serie Galaxy. Más del 90% de los móviles disponibles en el mercado son Android y la inmensa mayoría corren KitKat o versiones superiores, aunque no todos disponen del chip NFC.

Hay otro requisito imprescindible si se quiere usar Android Pay en un TPV contactless en alguno de los establecimientos que ya aceptan este método (Grupo Inditex, Cortefiel, VIPS, El Corte Inglés, Pans&Company, MediaMarkt, FNAC, Lidl y Repsol son los más importantes): el terminal no puede estar rooteado. Este proceso, mediante el cual muchos usuarios obtienen acceso privilegiado a su móvil y pueden instalar aplicaciones no permitidas por el fabricante o por los operadores de telefonía, e incluso cambiar el sistema operativo por otro distinto, era el gran quebradero de cabeza de Google. Quienes lo hagan no podrán pagar con su móvil y tendrán que seguir con los anacrónicos billetes o tarjetas de débito o crédito.