¿Libertad y solidaridad?

Tato Vázquez Lima PRESIDENTE DEL SEMES Y MIEMBRO DEL COMITÉ CLÍNICO

OPINIÓN

Celebración junto al Passeig de Lluis Companys de Barcelona
Celebración junto al Passeig de Lluis Companys de Barcelona Quique Garcia | efe

12 may 2021 . Actualizado a las 11:06 h.

El domingo decayó el estado de alarma, pero erróneamente se confundió con el fin de la pandemia. No nos confundamos, no se ha firmado ningún armisticio con el infame SARS- CoV2. No señores, la guerra no ha terminado, no estamos en el 8 de mayo de 1945.

Ya todos sabemos sobradamente que las aglomeraciones de personas sin respetar las distancias sociales, sin mecanismos de protección (mascarilla) aumentan exponencialmente el número de contagios y posteriormente el número de ingresos y también el número de fallecimientos. Es cierto también que la fatiga pandémica nos está afectando seriamente como sociedad y que en ocasiones se refuerza por informaciones cambiantes que nos generan más contrariedad.

Dicen que pertenecemos a la generación mejor formada de nuestro país, pero tal vez la formación y aplicación práctica de los valores aprendidos diste mucho de la realidad.

Escuchamos lo que queremos oír, distorsionando la verdad y alejándonos del mundo cotidiano. La madurez de una sociedad conlleva respeto y compromiso. El infantilismo de la inmediatez nos aboca al soma de Huxley.

Destilamos con facilidad conceptos como «libertad», como «solidaridad». Recitamos cual «papagayos» vocablos que, aunque tan cargados de significado, convertimos en meras imposturas. Reflexión la justa, no es precisa, en una acelerada trituradora de titulares.

Libertad no es hacer exclusivamente lo que uno quiere, lleva implícita la palabra responsabilidad. Es preciso conocer y asumir las consecuencias de lo que se decide.

Solidaridad no es únicamente un vocablo que permite quedar muy bien. Solidaridad es un sentimiento, una actitud que busca conseguir, sin nada a cambio, un fin común para todos que se considera intrínsecamente bueno.

Si la libertad que predicamos es hacer exclusivamente lo que me venga en gana y la solidaridad consiste en aunar esfuerzos para un disfrute momentáneo, entonces he confundido mi especie, he traicionado a mi estirpe. Ellos, mis ancestros, no eran la generación mejor formada, simplemente eran adultos.

El 8 de mayo de 1945 finalizó la segunda guerra mundial en Europa. El 9 empezaron a construir su futuro. El 8 de mayo decayó el estado de alarma, el 9 incendiamos las calles, quizás con tantas fogatas como en la India.