La inflación y sus culturas

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

APIE | EUROPAPRESS

21 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lean esta pieza con prevención. La incorporación de aquella generación al mundo laboral en 1972, fue seguida de la gran crisis del petróleo de 1973. Los inicios en el mundo laboral estuvieron sometidos a la inflación derivada de esa crisis, que mal que bien no se consiguió estabilizar hasta los pactos de la Moncloa en 1978. Del franquismo duro y rancio a la Constitución. Una generación que durante mucho tiempo tuvo que hacer frente, entre otras cosas, a hipotecas del 18 %. Entenderán pues que cuando se habla de inflación nos lo tomemos en serio, lo que no quiere decir que aceptemos apaciblemente la simplificación de sus causas o sus consecuencias.

El lugar común de toda inflación es una elevación del nivel general de precios. Pero es, en sus causas y consecuencias, donde las escuelas económicas hacen hincapié en factores diferentes. Ustedes encontrarán inflación por demanda, por costes, o autoconstruida por los productores adelantando una suba de precios. Y por último está quien la explica por el aumento del dinero en circulación, la emisión de dinero, y que en la actualidad la enfoca a la actuación del Banco Central Europeo en la pandemia, alejándose de la ortodoxia de austeridad practicada desde el 2008. Estas causas y teorías derivan de la escuela keynesiana, las tres primeras, y la última de la monetarista. Todas ellas contribuyen a entender la maldición de la inflación.

Son numerosos los estudios y análisis publicados, y así disponemos de aproximaciones del Banco de España, de los empresarios de la CEOE y sus generadores de análisis, y de otras entidades públicas y privadas. Análisis asentados en sus propias culturas y posiciones. Por ello uno celebra que Comisiones Obreras, retomando un hilo de documentos analíticos de su gabinete económico, haya publicado Un análisis de la inflación, donde desde su propia cultura analizan datos públicos de Eurostat e INE, para concluir que son los beneficios empresariales más que los salarios, quienes alimentan en mayor medida la espiral de precios. Sobre todo, debido a los «efectos de segunda ronda» en la inflación. Proponiendo medidas para embridar el incremento de los márgenes empresariales, acudiendo para ello a la potestad y protección derivada de la propia Constitución. Incluyendo en ello la fijación de precios máximos, atendiendo obviamente a la sostenibilidad empresarial y con un margen de beneficios empresariales razonable. Una contribución de CC.OO. a las culturas de la inflación de notable alcance para entender una realidad compleja y poliédrica. Culturas de amplios efectos en la política y la economía de las personas.