Todo sobre Chippi, el nobel de Corrubedo

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

MARCOS CREO

14 mar 2023 . Actualizado a las 12:07 h.

La arquitectura sueña la vida, dibuja los espacios de la vida. Que David Chipperfield (Londres, 1953) haya ganado el premio Pritzker, el Nobel de arquitectura, tiene una entrañable lectura gallega. El vencedor, su mujer Evelyn Stern y sus hijos son unos vecinos más de Corrubedo. Tal cual. No es un figurón que huya de integrarse en la bellísima localidad de las tierras do Barbanza. Es mucho lo que nos está dando Chippi, que así le llaman en el pueblo.

Su casa en la fachada contra el mar de Corrubedo es un icono por su inocencia blanca y sus líneas puras mezclada con las otras viviendas de la villa. El Bar do Porto, que salvó del cierre y que compró y reabrió, es una referencia para los que saben que, tras las dunas de Corrubedo, primera parte del paraíso, está la localidad de Corrubedo, segunda parte del paraíso. Sentarse a tomar algo en el pequeño puerto pesquero es algo que no olvidarán. Tendrán enfrente solo el lienzo del cielo y del Atlántico. Casi nada.

En el bar de Chippi se le puede ver a él tomando algo con sus amigos. E incluso, como dice algún paisano, «ás veces a eminencia limpiache a mesa. O tipo é así». Tiene otras dos viviendas y suma cerca de treinta camas en tres inmuebles para recibir a familiares y amigos.

No es un iluminado ni un genio. Pero es muy listo. En su Bar do Porto solo sirve producto galego. ¿Lo hay mejor? Eso se llama aprender y conquistar. Un tipo que tiene estudios en Londres (100 empleados), Shanghái (40 empleados), Berlín (150) y Milán (40) decidió abrir una oficina en Santiago, en un edificio en el corazón de Compostela. La Fundación RIA (Rede de Innovación de Arousa), con la que quiere insistir en su línea. Arquitectura para vivir. Elegir y cuidar.

Para dejarles claro que ha ganado un gallego uno de los premios más importantes del mundo, sepan que ha colaborado también con Sargadelos. Chipperfield es ahora uno de los cinco finalistas para rehabilitar el convento de Santa Clara en Pontevedra. Se enamoró de la aldea de Muimenta, en Carballeda de Avia, en Ourense, donde trabaja para resucitar el núcleo, como contó mi compañera Cándida Andaluz. Solo le falta hacer las camisetas del Celta o del Dépor o de la selección galega, para que nadie se enfade.

Decía Picasso que él era un gitano del arte, que pillaba de aquí y de allá. Algo que nunca ha negado Chippi. Él se enamoró de Álvaro Siza y de Mies van der Rohe y los succionó a los dos. Nunca asalta un paisaje. Se acuesta con ellos. Fue Manuel Gallego Jorreto el que lo atrajo al milagro de Corrubedo. Una prueba más de que Chippi es gallego. Solo un gallego, un tipo sencillo, diría esto: «La arquitectura es más importante que los arquitectos». Primero, las personas, como Chippi en la barra de su bar de Corrubedo. Lo importante es el Quijote, no Cervantes. Menos ego, artistas. Como Chippi.