Ourense, república independiente

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

MIGUEL VILLAR

13 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Excesiva crueldad hay en la vida política española. Aguardamos como fieras el error o despiste de nuestros dirigentes para hincarles el diente hasta destrozarlos. Y son tales los ataques que no logran zafarse del acoso. Por ejemplo, en Ourense se libra una cacería contra dos honorables ciudadanos que dedican sus vidas al servicio público.

Uno de esos acosos lo sufre el piloto de ralis José Luis Baltar, que coincide que también preside la Diputación que le dejó en herencia su papá. Baltar jr. fue cazado a velocidad supersónica, en coche oficial, quemando combustible pagado por los contribuyentes, en una carrera de la que no aclaró si iba de correría o a llevar a un niño al colegio. El hijo del «cacique bueno» hizo lo que se acostumbra en estos casos. Lamentarse porque se debió a un despiste. Y su partido remitió a la excusa del piloto y lo apoyó en el inicio de la campaña, porque ya se sabe que a los Baltar no se les tose. Le torcieron el brazo a Fraga y a Feijoo y Rueda tiene aprendida la lección.

Mayor hostigamiento está recibiendo el alcalde de la capital, Pérez Jácome, hombre de trayectoria política intachable, a quien se le grabó impartiendo lecciones de donaciones ilegales, blanqueo y cobros en B. Según dijo todo se debe a la inteligencia; a la artificial, claro, no a la suya, que es la que manipuló sus palabras. Porque el munícipe, «letal» para la ciudad, como lo definió Feijoo cinco minutos antes de encaramarlo a la alcaldía, acusa a la nueva herramienta de sus males. La Fiscalía también debe estar en el complot porque lo investiga por hasta ocho delitos.

La tal inteligencia, la artificial, no la del alcalde, hace audibles frases como «es mejor pillar así 800.000 de una vez que andar con caralladas», «vamos a hablar de dinero aquí con confianza (…) en negro o de lo que haga falta», y «te va a dar 22.000, 12 en A y 10 en B», como se le escucha decir a un interlocutor. Demasiada perfecta la inteligencia. La artificial, claro. No la del alcalde.

El ejercicio de la política está lleno de sinsabores. Ni se agradece la entrega del piloto Baltar jr. que lleva toda la vida en esto; ni el talento de Jácome, que muestra cómo trampear la fiscalidad.

En el galimatías político en el que estamos inmersos, cada territorio impone su modelo. Dentro de un orden, claro. A no ser que sea en Ourense, donde episodios y pintorescos personajes acaban por convertirlo en una república independiente. Con sus propias normas. Con sus pautas y formas de entender la democracia. Una democracia fallida.