Reflexión y cierre

Luis Ferrer i Balsebre
luis ferrer i balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

raquel manzanares | EFE

28 may 2023 . Actualizado a las 10:29 h.

En tiempos no muy lejanos para unos y desconocidos para otros, la televisión se dividía en VHF y UHF, tenía un horario, comenzaba con la carta de ajuste y acaba con un espacio antes del himno titulado Reflexión y cierre

Consistía, ese último, en la emisión de una máxima o perorata moral, desgranada generalmente por un cura con aspecto juvenil. Eran reflexiones de vocación didáctica encaminadas a mandarte a la cama dándole vueltas al coco.

En estos tiempos hipermodernos, en los que la tele no termina nunca, hay cientos de canales y los curas juveniles que exhortaban a la reflexión han sido sustituidos por los Jorgeja, Ristos y monstruos del First Dates. Así resulta imposible irse a la cama con un mínimo de sosiego.

Hoy es un día en el que estaría justificado resucitar algún espacio de ese tipo en versión 3.0, que exhortara a la gente a eso, a reflexionar y cerrar la emisión de la legislatura depositando su voto.

Lo malo es que las reflexiones del cierre de campaña las dan los que se presentan y los ejércitos mediáticos de cada uno de ellos y, claro, eso no vale; se trataría entonces de encontrar algún modo o a alguien capaz de hacernos una mera reflexión, es decir, de reflexionar acerca de las reflexiones que hacen los candidatos.

Pero no se me ocurre nada ni nadie capaz de tal proeza, salvo el ChatGPT o algún sistema de inteligencia artificial que, de momento, carecen de la fiabilidad necesaria como para hacerles caso.

Estamos perdidos, estamos dejados de la mano de dios y de la mano de nadie fiable, así que nos toca reflexionar solitos.

Reflexionar solitos, responsabilizarnos de nuestras conclusiones y de las consecuencias de las mismas, lo que requiere un cierto grado de madurez.

Mal asunto este de la madurez en tiempos de adultos infantilizados y jóvenes adultizados que todavía no pueden votar y que, cuando puedan, probablemente serán más infantiles que los actuales adultos.

Hay, sin embargo, algunas claves que pueden ser útiles a la hora de reflexionar.

La primera es tener en consideración que todos mienten y, a partir de ahí, intentar identificar quién miente menos para, al menos, no llevarnos un fiasco más grande.

La segunda es intentar no mirar la realidad exclusivamente desde la lente de nuestra ideología y permitir abrir el campo de observación a todas las demás, no vaya a ser que al hacerlo, observemos otra realidad distinta que resulte menos mentirosa.

Y recordar algunas verdades transversales, como el aforismo quevediano: «Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir».

Pues eso, reflexionen, cierren la jornada y a quien dios se la dé que San Pedro, San Pablo o San Alberto se la bendiga.