El calendario

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

10 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en que no distinguía las diferencias entre un calendario y un almanaque, hasta que comprendí que este último es solo una agenda visual y el primero señala la fecha de una cita que tenemos que recordar bien, sea una efemérides o el dato preciso de un recuerdo. El presidente Sánchez nos hizo anotar en el calendario el día 23 de julio señalando en rojo dominical las nuevas elecciones generales

Los comicios, y no por demandados, causaron sorpresa e incluso estupor argumentando que varios millones de españoles estarán disfrutando de sus vacaciones veraniegas, lo que a juicio de muchos opinadores les impide ejercer su derecho al voto. Como si no existieran mecanismos, como el voto por correo, que suplen esa supuesta contrariedad. Otro argumento es el calor extremo que se espera para ese día, aunque conviene recordar que las previsiones estiman que en Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi la temperatura media para la jornada electoral se sitúa en una horquilla entre 21 y 24 grados.

Por supuesto, en Levante o en Andalucía el calor puede resultar excesivo, pero no justifica abstención alguna.

La designación de miembros de las mesas electorales se presenta como un pequeño drama cotidiano, cuando no es más que una molestia provocada por una democrática obligación ciudadana de una jornada de duración.

Durante algún tiempo he curioseado los calendarios, los almanaques populares que tuvieron notable presencia en Galicia. Recuerdo con nostalgia el Zaragozano, que durante más de cien años predijo «la meteorología anual» y reunía los pronósticos del tiempo, el santoral y los días de feria y mercados de toda la península. Siempre acertaba: frío en invierno y cálidos los veranos.

Almanaques célebres han sido O Gaiteiro de Lugo, calendario agrícola fundado en 1857 que refería las lunas, las ferias, el santoral descriptivo y aportaba adivinanzas y refranes, así como pequeños artículos literarios en gallego. No faltó a la cita en ningún hogar campesino, donde le hacía competencia O mintireiro verdadeiro, definido como «profético e chusqueiro».

Siguen vigentes en el acervo popular y guardan un lugar cordial en mi memoria. He seguido, como aventado natural de la costa del norte más al norte, durante muchos años un calendario de mareas y de vientos y siempre he sabido que la democracia no cierra por vacaciones. Ya debe ser pleamar en mi pueblo.