La microbiota es el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, arqueas, virus) que habitan en diversos lugares de nuestro organismo (intestino, piel, cavidad oral y órganos genitales). La microbiota intestinal es la más importante por su relación con el mantenimiento de nuestra salud. Las bacterias anaerobias (las que no necesitan oxígeno para crecer) son las más abundantes en nuestra microbiota.
En el intestino delgado predominan las bacterias anaerobias facultativas, las que, en presencia de oxígeno, pueden generar energía y, en su ausencia, pueden realizar la fermentación. En el intestino grueso, además de haber una mayor diversidad y riqueza de microorganismos, dominan las bacterias anaerobias obligadas, que metabolizan los componentes no digeribles y los convierten en digeribles. La composición de la microbiota intestinal varía mucho de una persona a otra, porque depende de muchos factores: la dieta, la edad, el sexo, la práctica de ejercicio físico y la genética.
El envejecimiento es un factor que influye en la composición de la microbiota intestinal y en su funcionalidad. Se observa que, con la edad, se produce una reducción en la abundancia de bacterias y también en la diversidad de microorganismos. Alimentación y estilos de vida saludables podrían reducir las probabilidades de que la microbiota sufra alteraciones y, por lo tanto, mejorar el proceso de envejecimiento.