El debate imposible: conocer a Feijoo

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

PACO RODRÍGUEZ

13 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un 11 de julio fue secuestrado Miguel Ángel Blanco, luego de 48 horas lo asesinaron. Veintiséis años después Feijoo, en el único debate electoral de esta campaña, le rindió homenaje. Antes estaba el «Que te vote Txapote», un asesino. Un indecente eslogan que parte de la derecha y la ultraderecha hicieron suyo contra Sánchez y los socialistas. El problema estriba no en ese recuerdo emocionado, sino en la mendacidad que supone hacer al partido socialista, quien cerró ETA, cómplice y no víctima de los terroristas, como también fue. Algo que aleja el discurso de Feijoo de su moderación. Una moderación ya eclipsada anteriormente al recordar sus palabras sobre los atentados yihadistas de 2004 en Madrid, como señaló Sánchez. Palabras pronunciadas en el año 2006, recién estrenado su liderazgo en el Partido Popular de Galicia frente al Gobierno de Touriño.

Pero dejando aparte estas y otras menudencias del debate, propias siempre de analistas tiquismiquis, la realidad es que Pedro Sánchez se encontró con un contendiente correoso y capaz ante el que no tuvo capacidad de reacción ni estrategia para hacerle frente.

Lo sorprendente es que el partido socialista, Sánchez y sus asesores, no tuvieran una estrategia alternativa para esta previsible y conocida estrategia de Feijoo. Al fin y al cabo, la sufrieron en las elecciones de 2009 en Galicia, en aquel cuerpo a cuerpo con Touriño. Recuerden, el sultán socialista o el sátrapa. Aquel que desde el gobierno había derrochado el dinero en muebles y coches blindados. Aquel Touriño, con acreditada trayectoria en la función pública, que luego de una derrota sostenida sobre falacias ad hominem, no desmentidas con eficacia en la campaña, terminó su mandato en el Consello Consultivo de Galicia como expresidente, y sin prórrogas, volvió a la universidad y se jubiló.

Este recuerdo de aquella campaña electoral que Feijoo ganó, es porque fue la única que realizó liderando la oposición en Galicia, y por tanto cabía esperar ahora una estrategia similar a la utilizada frente a Touriño, sobre todo atendiendo al desarrollo hecho por él mismo del sanchismo. Y así sucedió. La estrategia retórica desarrollada por Feijoo en el debate llevó a Sánchez a situarse en una posición defensiva, la que menos convenía a sus intereses. Al común de los mortales nos ha permitido, sobre todo a aquellos que lo conocían en la distancia, saber de las capacidades de Feijoo. También de la retórica utilizada, entre la que destaca lo que hoy es ya un lugar común gracias a los analistas y las redes sociales. La técnica retórica del «galope de Gish»: en la que una persona en un debate pretende abrumar o noquear a su oponente lanzando una sucesión de mentiras, medias verdades o tergiversaciones, en tal cantidad que el contrario, salvo sabio entrenamiento y estrategia alternativa, no tiene tiempo a rebatir. Gish con su técnica defendía el creacionismo frente a la teoría de la evolución. Y aún seguimos. Un debate imposible.