Eva María se fue

Eduardo Riestra
eduardo riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Marta Perez | EFE

17 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Bueno, pues con las elecciones a tiro de piedra y la gente escapando del calor al calor —y un fondo más o menos entretenido de ataques y contraataques, de cara a cara, de deserciones en las mesas, en fin, de un sálvese quien pueda— nos metemos ya de lleno en el verano, donde parece que Sanxenxo, que es quien marca los tiempos, ya está a plena máquina. El verano es como un zafarrancho de combate, que a veces deja tiempo para el dolce far niente, pero muchas otras sube la tensión y rompe familias, que regresan al otoño llenas de frustraciones y resentimientos. Este año, además, volverán con un nuevo Gobierno, el que ahora se dirime con tanta floritura. 

Las elecciones, como las sillas musicales, se sustentan en un elemental principio: «No hay cama pa tanta gente». En estas, no obstante, parece que los ciudadanos están más implicados, como si siguiesen el Tour de Francia o lo del tenis que ayer se jugó en las pistas de Wimbledon —donde yo viví un año hace ya muchos—.

Si uno se fija, la gente de la playa parece tener razón. Se echan crema decididamente, se levantan y otean el horizonte de bikinis o, ya mirando al mar, de tablas de pádel, como generales que plantean estrategias eficaces. Y uno piensa: ¿qué votará aquel señor obeso y circunspecto? ¿Y esa jovenzuela que muestra orgullosa su trasero duro y redondo? ¿Y la madre que vigila el baño de sus mocosos con los músculos tensos, como una pantera? A lo mejor ellos se preguntan lo mismo de mí. Menos mal que el voto es secreto.