Rutinas

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre MIRADAS DE TINTA

OPINIÓN

CAPOTILLO

01 ago 2023 . Actualizado a las 12:48 h.

Afortunadamente, somos esclavos de nuestras rutinas, en realidad la vida acaba siendo una dinastía de rutinas que, por muy aburridas que parezcan, resultan necesarias. Nada más lejos de mi intención que denostar las rutinas, todo lo contrario, las reivindico, porque solo en la rutina se es libre y se atenúa la angustia vital del «no saber qué hacer».

El verano es tiempo de romper las rutinas generando conflictos de todo tipo; sabido es el aumento de rupturas sentimentales a las que lleva el hastío de un estío que nunca llega a ser todo lo excitante y productivo que uno espera.

Aristóteles afirmaba que la calidad no es un acto, es un hábito. Las rutinas no son más que eso, hábitos adquiridos que realizamos de manera automática y cuya repetición nos hace sentirnos seguros.

En las rutinas no se piensa, favoreciéndose el saludable hábito de pasmar.

El verano es tiempo de romper rutinas, pero la época estival lleva en sí misma toda una serie de clásicos de temporada.

Qué sería del verano sin las entrevistas a turistas sofocados delatando un calor jamás visto y cómo combatirlo. Qué, sin las amenazas del volátil precio de la gasolina en la operación salida. Qué, sin los consejos para no quemarse al sol. Qué, sin la plétora de nuevos helados de sabores y formas imposibles. Qué, sin el tinto de verano, ese brebaje que resucita cada año en esta época para desaparecer en otoño, igual que los amores playeros.

Este verano electoral ha sumado a las rutinas estivales los clásicos rutinarios de las elecciones, con las monjitas votando, la mujer (siempre mujer) centenaria depositando el voto; los padres de la Patria votando tempraneros para pasar la jornada «paseando con la familia».

Y los kilos de más.

Ansia de volver a la rutina.