Un reportaje sobre una de las calas más bonitas de Mallorca, Es calós des moros, un sitio espectacular; una lengua de agua y arena blanca que se abre paso en medio del bosque mediterráneo, partiéndolo en dos con un mar rabiosamente cristalino. Desde hace años ha sido el rincón elegido por algunos para descansar y conectarse con la naturaleza salvaje.
La cala está en el pueblo de Santanyí, sus gentes tenían un pacto no escrito de no publicar la ubicación de sus calas para evitar el efecto llamada y el deterioro de este paraíso. Inútil empeño, sus defensas has sido desbordadas por cientos de tiktokers e instagramers, que han publicitado la cala hasta hacer de ella un lugar petado de gente donde hay que hacer cola para bajar con cuidado de no resbalar con la baba de desperdicios humanos.
Exactamente lo mismo ocurrió con la playa de As Catedrais, donde la marea humana causa más erosión que el mar y los mismos vectores del deterioro natural (TikTok e Instagram) se hacen selfis amontonando piedrecitas que deterioran el entorno. Lo mismo en el castro de Baroña, el Everest y un sinfín de paraísos machacados para gloria del narcisismo selfi y la estupidez humana. En los capítulos finales de la Biblia, se afirma que los cuatro jinetes del Apocalipsis llegarán para destruir el planeta. Al parecer, la Guerra, el Hambre, la Peste y la Muerte tienen nueva cara.
Una reciente investigación de la Universidad de Singapur señala los cuatro nuevos jinetes que amenazan a la humanidad: la superpoblación, la globalización, la híperconectividad y la concentración de las cadenas de suministros. A ver cómo los detenemos antes de que no haya vuelta atrás y tengamos que admirar la naturaleza a través del carrete del móvil.
¡Que ascopena!