Calladitos

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

ISABEL INFANTES | REUTERS

02 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La lluvia de ayer tenía ya textura otoñal. Olía a vacaciones vencidas y vuelta al trabajo, a castañas y vendimia, a días de sol inseguros, a más tráfico mañanero y a menos niños, bastantes menos, a las puertas de los colegios. Olía a vida que sigue, como siguen incansables y monótonas las noticias sobre Luis Rubiales. El día en que nos despertemos, acaso percibamos el silencio del Gobierno. Como decía alguien, quizá entonces caeremos en la cuenta de que Puigdemont controla el país o incluso ha asumido la vicepresidencia, de que Marruecos nos cuesta cada día más traiciones y más dinero, de que nuestro producto interior bruto crece por detrás de todos menos de Alemania sin que sepamos por qué, pese a la delirante millonada que nos ha mandado Europa y cuyo destino final en buena medida desconocemos.

Cuando se deje de hablar de Rubiales quizá empecemos a preguntarnos qué ha estado haciendo el Gobierno en funciones estos meses, tan calladito, como los niños trastes que asustan más cuando no se les oye: un silencio que significa que están terminando un mural con pintalabios y rotuladores en la pared del pasillo o que han encendido una fogata en la alfombra del salón mientras nosotros hablábamos de Rubiales y de Jenni y del beso más repetido de la historia.

Quizá nos preguntemos entonces dónde estaba el Parlamento y el periodismo. Y caeremos en la cuenta de que no había parlamentarios buena parte de este tiempo y, cuando llegaron, se pusieron a instalarse, como es lógico. Y que el periodismo estaba muy ocupado con la exégesis de un gesto de Amaral, los postureos preparto de gobierno y, por supuesto, la dimisión de Rubiales. Convendría ir a mirar qué hacen los niños.