El gran amigo ruso de Kim Jong-un

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

RUSSIAN MINISTRY OF NATURAL RESO | EFE

13 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El regateo es una práctica muy extendida en las diversas culturas orientales, de tal suerte que ir de compras significa pasarse un buen rato jugando al tira y afloja con el vendedor de turno para conseguir un precio razonable por el producto que nos interesa. Tanto comprador como vendedor son conscientes de que la sustancial rebaja del precio no significa, en absoluto, que el comprador obtenga una ganga a costa de una grave pérdida para el vendedor. Por el contrario, se sobreentiende que el precio en la etiqueta está incrementado «n» veces para poder llegar al valor real de la mercancía. En Occidente, como somos muy dados a lo políticamente correcto y a dar una imagen de seriedad, el regateo se disfraza de negociación empresarial.

Algo parecido sucede cuando los representantes de dos Estados deciden reunirse para hablar de «intercambios comerciales». Ambas partes tienen muy claro qué es lo que quiere el otro y el precio que está dispuesto o debería estar dispuesto a pagar. El quid de la cuestión está en las condiciones que se pueden o quieren ofrecer y aceptar.

En el statu quo actual, con la comunidad internacional bastante polarizada entre los países defensores de la causa ucraniana y los que apoyan la agresión rusa, cuando alguno de los estados considerados parias —antiguamente, miembros del «eje del mal»— afirma que quiere negociar con Rusia nos echamos las manos a la cabeza. Así, ante el anuncio del inicio del viaje del líder norcoreano en su tren blindado para encontrarse con Putin en la ciudad rusa de Vladivostok, los que consideran que el embargo internacional no debe levantarse para ninguno de los dos países están bastante molestos. La posibilidad de que Kim Jong-un le venda a Rusia armamento, sobre todo munición, de la que anda muy escaso, y que, a cambio, Putin suministre alimentos a la hambrienta Corea del Norte preocupa y mucho. Sin embargo, es altamente improbable que Putin le transfiera conocimientos tecnológicos por la amenaza que su desarrollo nuclear supone incluso para Rusia, mientras que Kim Jong-un solo busca reducir un poco su dependencia de China. Por lo que, aun no siendo una buena noticia, tampoco es tan preocupante como la negativa rusa a que los barcos con cereales ucranianos puedan seguir navegando hacia el exterior.