Memoria de un debate

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

Sergio Pérez | EFE

02 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado debate de investidura quedará en el recuerdo por el anómalo silencio de Pedro Sánchez, cuya esperada intervención fue sustituida por la del diputado Óscar Puente, quien se dedicó a un gracioso, pero inoportuno, charloteo. Así se consumó el silencio del actual presidente en funciones, que mantuvo una expresión que figuraba distraída, como si estuviese sentado en un lugar en el que poco le apeteciese estar.

Aprovechó la ocasión Alberto Núñez Feijoo para adueñarse del espacio del debate, pero no alcanzó el número de votos necesarios para desplazar al actual presidente. Así, Sánchez se salió con la suya sin ningún esfuerzo personal. Pero no han faltado las interpretaciones críticas con su actitud esquiva. De hecho, todo parece indicar que abrió una puerta que no debía, favoreciendo el brillo del aspirante.

No obstante, la realidad fue que Núñez Feijoo no logró los apoyos necesarios para conseguir la investidura. Pero también es cierto que su discurso inicial y sus sucesivas intervenciones fueron elevando su estatura política, mientras la de Sánchez parecía menguar en un silencio del que no disfrutó. Porque los debates tuvieron altura, pero se echaron en falta algunas respuestas del actual presidente en funciones.

Paradójicamente, los representantes de partidos catalanes y vascos parecieron convertirse en valedores de Sánchez, con quien tal vez tienen ya avanzados algunos acuerdos que aún desconocemos. Lo cual permite vislumbrar un horizonte de novedades aún no divulgadas, que pueden traducirse —si no se han traducido ya— en acuerdos más o menos inesperados, pero al parecer previsibles.

Algunos analistas se han preguntado si lo de Sánchez fue soberbia o temor al no responderle a Núñez Feijoo. Y quizá nunca lo sabremos. Aunque, con toda seguridad, la realidad futura arrojará luces sobre este lamentable episodio, que, a la postre, ha favorecido la imagen del líder popular, aunque no haya conseguido su objetivo.