¿Qué hacemos ante la despoblación de los municipios con menos habitantes?

Alberto Vaquero García GEN-UNIVERSIDADE DE VIGO COLEGIO DE ECONOMISTAS DE OURENSE.

OPINIÓN

María Pedreda

10 ene 2024 . Actualizado a las 09:01 h.

En la actualidad convivimos con dos realidades diferentes en torno a los procesos migratorios en España. Por un lado, se ha producido un incremento del número de habitantes en torno a las áreas urbanas y periurbanas; por el otro, los municipios menos poblados han visto como esta situación se acentúa con el paso del tiempo, especialmente cuando están situados en el ámbito rural.

Como señalamos en el último informe de la Red Localis, esta delicada situación demográfica trae consigo no solo una merma de la población en ciertas ciudades, villas y pueblos, sino que también arrastra una pérdida económica municipal por la reducción continuada de recursos, que se acrecienta a medida que se pierde población. Esta menor capacidad económica se traduce en inferiores dotaciones de servicios públicos locales y/o de su calidad, lo que puede derivarse en un éxodo poblacional.

Para evitar esa situación habría que asegurar el acceso y ampliar las dotaciones de los servicios públicos básicos y los prestados por las entidades locales: sanidad y educación, servicios sociales y acceso al transporte. Además, convendría garantizar desde la óptica pública una mejor conciliación de la vida personal, familiar y laboral.

Asimismo, hay que mejorar las expectativas laborales de aquellos municipios con problemas demográficos. Las Administraciones públicas deben ser agentes activos en materia de dinamización económica. Resulta necesario mejorar la productividad e interconectividad de las actividades económicas, lo que exige contar con buenas comunicaciones, tanto físicas como digitales. Adicionalmente, es preciso redimensionar la planta local para garantizar un mejor y mayor abanico de servicios, por ejemplo, a través de la fusión de municipios, creación de mancomunidades de municipios o la constitución de consorcios.

Los ayuntamientos con menor población, en su mayor parte en zonas rurales, deben ser capaces de ir más allá de la tradicional actividad agrícola y/o ganadera. Además, es preciso establecer objetivos de inversión plurianual siguiendo criterios técnicos objetivos y aprobar programas específicos de desarrollo rural. Asimismo, es preciso concienciar que el problema del despoblamiento de los municipios con menos población no solo afecta a estas entidades locales, puesto que puede conllevar limitaciones para la producción de determinados productos básicos, en especial todo lo que rodea al sector agrícola y ganadero. Finalmente, deben aplicarse políticas coordinadas desde las comunidades autónomas, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos para mejorar la captación de población.