Grifols: confianza y mercado

David Carro PRESIDENTE DE IFFE BUSINESS SCHOOL

OPINIÓN

Vega Alonso | EFE

11 ene 2024 . Actualizado a las 09:09 h.

Eta semana se ha conocido la opinión de la firma de análisis norteamericana Gotham, esgrimiendo sus dudas sobre la verosimilitud de la información financiera pública de la cotizada española Grifols. Como consecuencia de ello, en las primeras horas de cotización del valor tras la noticia, el mismo acumuló una enorme caída en su precio, toda vez que el precedente en boca de todos era una situación similar protagonizada años ha por la misma firma de análisis y la empresa entonces cotizada en el Mercado Alternativo Bursátil (hoy conocido como BME Growth) Gowex, que acabó confesando y confirmando lo expuesto por Gotham: sus cuentas habrían sido voluntariamente distorsionadas durante años por sus administradores, ocasionando pérdidas de cientos de millones de euros a miles de accionistas.

A fecha de este artículo, la situación en este caso podría distar mucho de ser comparable. Sin perjuicio de cuál sea el devenir de los acontecimientos en los próximos días, lo que sí es una realidad es que algunos inversores institucionales de prestigio han manifestado su desconfianza en las sospechas esgrimidas por Gotham sobre Grifols. Por ende, ayer se ha sabido que la propia Gotham había cortado posiciones vendedoras en la compañía, realizando importantes plusvalías, algo profundamente incongruente si su convicción es la que ha hecho pública con las consecuencias conocidas.

Si algo evidencia lo ocurrido en las últimas 48 horas son dos cuestiones. Por una parte, la fragilidad de la confianza inversora en los procesos de control y supervisión que resultan hoy por hoy de aplicación sobre la información financiera. Por otra parte, el notorio exceso de influencia de la opinión publicada por las firmas de análisis, capaces de provocar semejantes terremotos bursátiles que, lejos de limitar su efecto a un valor concreto, imprimen de una duda estructural —a todo el mercado— de imprevisibles consecuencias.

Anteponiendo que el riesgo nulo es inalcanzable, el nivel de supervisión y regulación actuales en la Bolsa española son suficientes y adecuados, y absolutamente homologados con los mercados financieros europeos y con los mayores estándares existentes a nivel internacional.

En relación con la capacidad de influencia de las firmas de análisis en la emisión de sus opiniones, con los riesgos de abuso de mercado que ello comporta, sí se tercia probablemente la oportunidad de una reflexión muy pertinente.

Sin duda, la existencia de un registro de las firmas autorizadas a hacer difusión de análisis, procuraría una salvaguarda adicional a las vigentes, que están al solo arbitrio del mercado. De otro modo, como ocurre ahora, cualquiera puede emitir en cualquier momento una opinión sin que ello comporte una responsabilidad (ni a la firma ni al equipo responsable de los análisis) directa.